Mexicano condenado por delito en Galapagos
El historial de extranjeros que han llegado a Galápagos, motivados por el jugoso negocio del tráfico de especies endémicas, es tan amplio como triste. La bitácora de antaño incluye a diplomáticos y de alguna manera, ha salpicado, incluso, a la ciencia.
Los contrabandistas no han tenido piedad y sin reparos han intentado sacar del país (hay quienes desafortunadamente sí lo han logrado), especies de todo tipo: caballitos y pepinos de mar, aletas de tiburón...Es que a más de darle buenas rentas a esos bolsillos ambiciosos, están las dádivas afrodisiacas, que se le imputa a la fauna marina, y que predican los asiáticos, esos que no pueden por sí solos atender a sus parejas.
Pero ni siquiera la ciencia o la academia han estado exentos. En su tiempo, se denunció a dos campamentos de investigación, donde representantes de dos de sus universidades extranjeras, estudiaban la flora y fauna, pero en sus faenas, supuestamente, se sentaban a degustar de especies endémicas, tras un escenario sin pudor de colgantes caballos de mar disecados. Tras las denuncias de esos hechos ha estado el Parque Nacional Galápagos. Los acusó de depredar contra las especies protegidas. Por ahí hasta Charles Darwin fue mal visto por llevarse muestras nativas con el afán de corroborar su famosa teoría de la evolución.
Pero estos hechos que se trazan por la historia de Galápagos no dejan de ser parte, incluso hoy, del menú del día. La semana pasada se pescó a un contrabandista intentando exportar caballitos de mar. Se lo detectó con plena “mercadería” dentro de sus maletas, a punto de montarse en un avión.
La última novedad es que un juez dictó sentencia contra aquel mexicano quien, hace un año, en cambio, intentó sacar de Galápagos once especies marinas “únicas en el mundo”.
“El Juez de la Unidad Multicompetente del cantón Santa Cruz sentenció al ciudadano de nacionalidad mexicana, Gustavo Eduardo Toledo Albarrán, a dos años de prisión en el Centro de Rehabilitación Social Guayaquil - Varones, donde se encuentra recluido”, escribió en su cuenta de Twitter el Parque Nacional, que resaltó que ha sido un trabajo conjunto con la Fiscalía General del Estado. La pena son dos años de prisión más una multa superior a los 20.000 dólares.
Toledo fue capturado el pasado 6 de septiembre en Puerto Ayora, “cuando transportaba en una mochila de su propiedad 11 iguanas endémicas, entre ellas nueve iguanas marinas (Amblyrhynchus cristatus) y dos iguanas terrestres (Conolophus subcristatus), especies únicas en el mundo”.
El delito a la flora y fauna silvestre que se le imputa al mexicano consta en el artículo 247 del Código Orgánico Integral Penal de Ecuador.
Pero estos delitos no solo se concentran en Galápagos ni involucra solo a extranjeros. Sucede en casi toda la zona costera, como Esmeraldas o Manta. De hecho en esta última ciudad, hace un año, se informó sobre una noticia desgarradora para cualquiera que vele por la naturaleza. Fue en mayo de 2015, cuando la policía incautó unas 200.000 aletas de tiburón, que iban a destinarse a Asia.