El miedo a Donald Trump se refleja en la migración ecuatoriana

El próximo 20 de enero, Donald Trump asumirá la presidencia de Estados Unidos. Desde antes de ser declarado ganador en las urnas, fue enfático en afirmar que aplicará su política migratoria desde el primer día de su segundo mandato.

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La medida más destacada será cerrar la frontera con México e iniciar “el mayor programa de deportaciones de la historia de Estados Unidos”. Aunque aún no se han revelado detalles de este plan, la Patrulla Fronteriza detuvo, expulsó y deportó, entre enero y noviembre, a 86,460 ecuatorianos que intentaron ingresar de forma irregular.

A inicios de diciembre, el Ministerio de Relaciones Exteriores y Movilidad Humana presentó un comunicado con porcentajes que reflejan la disminución de compatriotas que transitaron por Panamá, México y Estados Unidos, atribuyéndose este resultado.

“El Gobierno Nacional ha implementado, a través de la Cancillería, iniciativas de desarrollo socioeconómico y acciones comunicacionales para mitigar y sensibilizar a la población sobre la migración irregular, mejorar las condiciones de vida y generar oportunidades dentro del país para los ecuatorianos”, señaló el escrito.

Lo que no se mencionó es que dichos índices coinciden con la decisión de Panamá, en julio pasado, de cerrar los caminos de la Selva del Darién, utilizados por migrantes para llegar a Norteamérica. Además, Guatemala y México han militarizado sus fronteras.

Lo que dice 1800 Migrante

William Murillo, director de la organización 1800 Migrante, sostiene que el fenómeno de la movilidad humana irregular solo experimenta “altibajos”, ya que nunca se adoptan medidas integrales por parte de los gobiernos de turno en Ecuador. “La llegada de Trump y la implementación de nuevas políticas duras contra la migración en general son las que frenan momentáneamente este fenómeno, porque incluso durante su primer mandato hubo decenas de miles de migrantes que ingresaron por pasos improvisados”, explicó Murillo.

Añadió que se repetirá la historia de 2022 y 2023, cuando hubo un repunte en la migración debido a enfoques erróneos en las políticas públicas. “El problema no son los migrantes, sino el fracaso de los gobiernos en brindar una vida digna a sus ciudadanos, quienes se ven obligados a emigrar. En 2022, los coyoteros y las redes de tráfico de personas crearon nuevos caminos para llevar migrantes”, concluyó.

La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) publicó un informe a finales de noviembre en el que aseguró que 1.2 millones de ecuatorianos tienen la intención de emigrar. Este resultado se obtuvo a partir de una encuesta realizada en 13 ciudades del país. De este total, la mayoría son jóvenes de entre 18 y 39 años.

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