Más millones para una obra que se hunde
Petroecuador alista $ 27,7 millones para reparar una terminal de combustibles del poliducto Pascuales-Cuenca. La obra está en riesgo del colapso
Más recursos y de manera urgente deberá desembolsar el Estado para corregir las deficiencias estructurales del poliducto Pascuales Cuenca, una de las millonarias obras que el gobierno de Rafael Correa adjudicó a la empresa brasileña Odebrecht y cuya construcción le costó al país 464 millones de dólares.
El 22 de julio último, el gerente general de Petroecuador, Pablo Flores, estampó su firma en una resolución que declaró en situación de emergencia las instalaciones de la terminal Cuenca, que forma parte del poliducto.
Flores dispuso que se proceda con la suscripción de los contratos necesarios de obras, bienes y servicios, incluidos los de consultoría, a fin de superar la circunstancia de apremio en esa estación, localizada en el sector de Chaullabamba.
Sin embargo, el pasado viernes la estatal petrolera decidió cerrar esa declaratoria de emergencia que, según la normativa de contratación pública, tiene una vigencia de 60 días. La empresa pública optó por hacer las contrataciones mediante un proceso de régimen común, ya que las obras tomarían alrededor de 19 meses.
La estatal fijó un presupuesto de $ 27’721.741, 47 para una licitación de obra, a un plazo de 570 días, de acuerdo con un documento subido al portal de Compras Públicas.
La nueva terminal de Cuenca, diseñada para distribuir combustibles limpios a la zona sur del país, se encuentra en precarias condiciones por la inestabilidad del suelo, lo que ha ocasionado deslizamientos y hundimientos, siendo una situación que pone en riesgo su integridad, según reconoce la estatal petrolera. Esas fallas constructivas desencadenaron un litigio legal entre el Estado y Odebrecht, que aún se tramita en los tribunales de justicia.
La construcción se hunde poco a poco. Los problemas mas serios empezaron a visibilizarse en diciembre de 2019, cuando el desprendimiento de un talud arrasó con una piscina para derrames y un canal de emergencia, situados a pocos metros de las esferas de almacenamiento de gas licuado de petróleo (GLP), que actualmente no se utilizan. Desde esa fecha, Petroecuador ha destinado recursos para trabajos que eviten un desastre mayor. La terminal actualmente está operativa en un 50 %.
La infraestructura está cubierta por una póliza contra incendios y fenómenos de la naturaleza, contratada a Seguros Sucre, por $ 111’087.413, informó Petroecuador. Pero el seguro no ampara fallas constructivas, aclara la empresa.
El poliducto es una de las obras más cuestionadas que se adjudicaron a Odebrecht. Los estudios previos del proyecto recayeron sobre la empresa Caminosca y resultaron también señalados. Su construcción arrastra una escandalosa historia judicial por sobreprecios y sobornos. Los contratos de fiscalización y ejecución de la obra fueron firmados por el exgerente de Transporte de Petroecuador, Ramiro Carrillo, delegado por el exgerente general, Marco Calvopiña. Ambos fueron sentenciados por la trama de corrupción de Odebrecht.
Petroecuador quiere recuperar todos los gastos en los que incurra en el poliducto, con la indemnización por daños y perjuicios y lucro cesante por $ 300 millones que reclama en una demanda que, según adelantó a EXPRESO, presentará en los próximos días contra Odebrecht (hoy rebautizada como CNO Ecuador). Ese reclamo es parte de un enrevesado litigio legal que el Estado ecuatoriano mantiene con la firma brasileña desde hace tres años.
La petrolera también exige el pago de $ 71,5 millones reconocidos a su favor como liquidación económica contable por la terminación unilateral y anticipada del contrato, que se dio en 2017, pero Odebrecht reclama, a su vez, una indemnización por 174,7 millones de dólares por el cese de ese compromiso contractual.
En una respuesta que entregó a EXPRESO, la constructora deslinda cualquier responsabilidad en las fallas estructurales que hoy afectan al poliducto. La empresa señala que las observaciones al poliducto son materia de una demanda de daños y perjuicios propuesta por Petroecuador en contra de Caminosca, a raíz de diferencias originadas en el diseño del proyecto.
Odebrecht recordó que en febrero de 2017 Petroecuador y la empresa fiscalizadora EGIS International aprobaron la entrega recepción provisional total de la obra y el inicio de operación del proyecto. Para ello, detalló la firma, se contó con los informes favorables previos de la fiscalización de la obra, de la comisión técnica delegada por Petroecuador y de la Agencia de Regulación y Control Hidrocarburífero.
“Tal recepción demostró la conformidad de tres entidades distintas para recibir y operar el poliducto, y el reconocimiento de que el poliducto alcanzó el estado de apto para operar”, justificó la empresa.
El pasado 4 de junio, Petroecuador recibió de la Escuela Politécnica Nacional (EPN) los estudios técnicos que encomendó sobre la estabilidad de taludes para evitar los agrietamientos y hundimientos en las instalaciones de la terminal de combustibles.
La EPN identificó en su análisis la presencia de acuíferos subterráneos en el sitio, lo que agrava el problema de inestabilidad de las cimentaciones de esa estación.
Las obras necesarias para dar una solución definitiva al problema constructivo se enfocan principalmente en la estabilización de taludes y galerías de drenaje, así como un monitoreo estructural y la cimentación de las esferas de gas licuado de petróleo. Petroecuador tiene hasta septiembre para contratar los trabajos.
“Hundimientos siguen agravándose”
A través de dos reportes sobre los daños en la estación de combustibles de Cuenca, en julio pasado la jefatura de esa terminal y la gerencia de Transporte de Petroecuador alertaron a las autoridades que la situación de esa infraestructura “exige una situación inmediata con acciones que solventen definitivamente el problema de inestabilidad en la instalación”.
La gerencia de Transporte resaltó en su informe los resultados del estudio técnico elaborado por la Escuela Politécnica Nacional (EPN). Esa entidad, entre sus recomendaciones, indicó a Petroecuador que gestione la contratación y ejecución de las obras de estabilización de taludes a la brevedad posible.
“Como se ha evidenciado a lo largo de la ejecución del proyecto, el problema de deslizamientos y hundimientos sigue agravándose con el paso del tiempo, poniendo en riesgo la integridad de la terminal”, señala el estudio.
La solución final para las fallas de estabilización en la terminal incluye pantallas de pilotes, pantallas ancladas y una galería de drenaje, según la propuesta de la EPN.
La Politécnica Nacional también recomendó a Petroecuador que, luego de la implementación de pantallas de pilotes, se deben ejecutar estudios adicionales para identificar el estado actual de las cimentaciones de las esferas de GLP y de los tanques de almacenamiento de la terminal.
El propósito de esas evaluaciones es dar, de ser el caso, las soluciones para garantizar la estabilidad de esa infraestructura para que vuelva a operar con normalidad, refiere la EPN.
La Cifra
$ 623 millones es el monto total que destinó el anterior gobierno para la ejecución del proyecto del poliducto Pascuales-Cuenca.
Diagnóstico
El pasado 4 de junio, Petroecuador recibió a satisfacción un estudio sobre la estabilización de taludes en la terminal Cuenca, que fue elaborado por la EPN.
