Mirando hacia atras
Esta columna -número 100 para Project Syndicate, llega casi 20 años después de la primera. Como la mayoría de los hitos, ofrece una buena oportunidad para hacer un balance, revisar lo escrito y ver qué dice sobre el mundo en estas dos décadas y hacia dónde podemos estar dirigiéndonos. Se destacan tres temas: 1) Cuánta atención consumió Oriente Medio, una región donde vive alrededor de 6 % de la población mundial y que a pesar de tener grandes cantidades de petróleo representa menos del 5 % de la producción económica global. Logra contabilizar una porción importante de los titulares, conflictos, terroristas y refugiados del mundo. Algunos culpan a las potencias coloniales europeas pero esa época está demasiado lejos de la nuestra como para explicar los fracasos de hoy. Muchas excolonias en otras partes del mundo están prosperando. La mayor responsabilidad por la terrible situación de Oriente Medio recae en los líderes de la región, que en general no ofrecieron la oportunidad económica o los derechos políticos en casa y que se han negado a comprometerse en la causa de paz. Hemos visto conflictos prolongados y costosos en Siria y Yemen, estancamiento en Egipto y perspectivas marchitas de cualquier acuerdo duradero entre Israel y los palestinos .2) El surgimiento de Asia como arena central de las relaciones internacionales modernas. Si Europa fue el principal escenario de gran parte de la historia mundial del siglo XX, hoy es el turno de Asia, donde se encuentra el grueso de la población mundial, la mayor parte de su producción económica y, cada vez mayor poder militar; donde las grandes potencias de esta era se enfrentan entre sí. La buena noticia es que en estos 20 años Asia se ha mantenido estable, sostenida por la mano de EE. UU. e impulsada por un rápido crecimiento económico. ¿Mas, la estabilidad seguirá siendo la norma, dado el ascenso de China, la casi certeza de que Corea del Norte posiblemente expandirá sus capacidades nucleares y de misiles, y las disputas persistentes por el Mar de la China Meridional y el Mar de China Oriental, Taiwán y numerosas islas y fronteras? 3) La desaparición del mundo que conocíamos. Una razón para esta evaluación negativa es la creciente prominencia de China, que sigue siendo iliberal fronteras adentro, que se involucra en infinidad de prácticas injustas para impulsar su posición comercial y que básicamente no está dispuesta a asumir responsabilidades globales acordes a su fortaleza. Otra es la Rusia del presidente Vladimir Putin, que pretende violar la soberanía -la norma más básica del orden internacional- con ejércitos tradicionales y digitales. La brecha entre los desafíos globales, como el cambio climático, y la voluntad del mundo de lidiar con ellos se ha ampliado. Otro factor es: la negativa de EE. UU. a seguir desempeñando su papel tradicional en el mundo. Hoy no existe consenso en su política exterior pos-Guerra Fría, sino un recelo originado en las costosas intervenciones militares en Irak y Afganistán, y un impulso populista alimentado por la crisis financiera global de 2008, una creciente desigualdad y un menor ascenso social. Trump ha contribuido a la turbulencia global a través de hostilidad con las instituciones y alianzas multilaterales, con aranceles y sanciones, un mayor gasto militar pero una menor acción militar; un énfasis mucho menor en promover la democracia y los derechos humanos, sumado a una predilección por los autócratas; y una fe en su diplomacia personal pero no en los diplomáticos profesionales. Los próximos 20 años prometen ser aún más desordenados que los últimos 20.