Es momento del sector privado

La visión estatista y de la economía planificada desde el Estado ya fracasó, y hoy tenemos que lidiar con las consecuencias: insostenibilidad del gasto público, déficit fiscal, eliminación de subsidios, despidos masivos en el sector público, etc. La economía requiere de cambios radicales para poder crecer adecuadamente. El primer paso se ha completado: el Directorio Ejecutivo del Fondo Monetario Internacional (FMI) ha aprobado un acuerdo de financiamiento a favor de Ecuador por un monto de $ 4.200 millones que servirán para poder equilibrar las finanzas estatales. El segundo paso que se debe dar ahora es impulsar incentivos para que la inversión privada dinamice la economía en los próximos años.

Nos debe quedar como lección histórica para no volver a caer en lo mismo, que la razón principal por la que el país está acudiendo al FMI es por el insostenible crecimiento del gasto del Estado durante los últimos años.

Según los registros estadísticos del Banco Central del Ecuador (BCE), el Gasto con relación al Producto Interno Bruto (PIB) era del 21 % en el año 2006, y llegó a ser del 44 % en 2013 y 2014.

El Estado debe reducir su tamaño, pero aquello debe ir de la mano con incentivos al sector privado, para que pueda invertir donde el Gobierno ya no puede, y además genere el empleo que hace falta.

Es cierto que hay muchas áreas sociales que no pueden ser descuidadas, pero que ese sentido de responsabilidad social no descuide los objetivos de responsabilidad económica.

Las políticas de austeridad (muy necesarias en nuestro contexto) han derivado en el despido de funcionarios públicos, lo cual tiene sus efectos positivos en cuanto a la disminución del gasto estatal y la mejora en la eficiencia de las instituciones públicas), pero también está el efecto negativo de aumentar el desempleo a nivel nacional.

La solución inmediata es estimular al sector privado con incentivos que aumenten las inversiones y así pueda demandar y acoger esta fuerza laboral.

Es imperativo que se hable de reformas necesarias para el crecimiento del país: la eliminación de aranceles e impuestos como el ISD. La economía es dinámica, por lo que la eliminación del ISD conllevaría a un aumento en la inversión extranjera, y por ende más recaudación en IR, IVA e ICE; es decir, el Gobierno puede obtener más recursos incluso, y los ecuatorianos podemos acceder a más empleo.

Ecuador debe mirar hacia el futuro y potencializar la producción para competir a nivel internacional.

Los créditos productivos a la industria local y el agro, con reformas que abaraten costes y reduzcan el exceso de trámites a nuestros productores, darán como resultado un aumento en la competitividad.

María Isabel Salvatierra