Morales explora cuatro vias para su reeleccion
Evo Morales, que aceptó una nueva postulación a la presidencia de Bolivia en los comicios de 2019, celebró ayer los 11 años de su primera victoria electoral afirmando que su proyecto político es un “proceso sin retorno”.
Evo Morales, que aceptó una nueva postulación a la presidencia de Bolivia en los comicios de 2019, celebró ayer los 11 años de su primera victoria electoral afirmando que su proyecto político es un “proceso sin retorno”.
En una concentración popular en la localidad de Ivigarzama, el mandatario aseguró que “si el pueblo dice sí, Evo seguirá para seguir garantizando esta revolución democrática”.
El acto no contó con los presidentes de Venezuela, Nicolás Maduro, y de Ecuador, Rafael Correa, cuya asistencia había anunciado Morales. A Maduro, lo representó su vicepresidente Aristóbulo Istúriz.
Ante el débil entorno de la izquierda latinoamericana, un desafiante Morales dijo que “(No tengo) ningún miedo a la derecha” y que el proceso político que encabeza es impulsado por las clases sociales empobrecidas que llegaron al poder “para quedarse toda la vida”.
Morales llegó al gobierno de Bolivia en 2006, tras ganar su primera elección en 2005 con el 54 % de los votos. Revalidó el cargo en 2009 con 64 % y en 2014 con el 61 % de los sufragios. Siempre, ante una oposición desmembrada que no ha conseguido hacerle frente.
Su única y principal derrota tuvo lugar en febrero pasado en un referéndum que inhabilitó su candidatura para 2019.
Pero, el oficialismo se resiste a aceptar el fallo popular alegando que obedeció a “una campaña de guerra sucia”, por lo que el MAS resolvió en su congreso del sábado volver a postularlo para un cuarto mandato. Analiza cuatro caminos para legalizar su candidatura.
La primera consiste en reformar el artículo 168 de la Constitución mediante una “iniciativa ciudadana”, esto es recolectar al menos el 20 % de firmas del padrón electoral.
La segunda idea consiste en que dos tercios de los miembros de la Asamblea Legislativa, controlada por el oficialismo, apruebe la modificación parcial de la Constitución.
En los dos casos anteriores, se necesita un nuevo referendo para aprobar la reforma.
La tercera propuesta es que Morales renuncie unos seis meses antes de que termine el mandato. Ello lo habilitaría para presentarse en los comicios nacionales de 2019. En su lugar asumiría el vicepresidente Álvaro García Linera.
Y la última es pedir al Tribunal Constitucional que realice una interpretación de la Carta Magna para respetar el derecho ciudadano a elegir al gobernante que prefieran sin importar los límites de la Constitución.
La oposición rechazó la propuesta. “Lo que Morales ha hecho es la demostración fehaciente de que no le interesan las leyes, que él es el rey y que las leyes, la Constitución y la votación de los bolivianos están sometidas a su capricho, a su ambición sin fin, a su necesidad de impunidad”, dijo el expresidente Jorge Quiroga.
Para el líder de la opositora Unidad Nacional, Samuel Doria, los oficialistas “están desesperados por no abandonar el poder porque tienen pavor a rendir cuentas de tanta corrupción y de cómo han mal utilizado la bonanza económica de los últimos diez años”.