
¿Se puede movilizar el ausentismo y convencer al voto nulo en la segunda vuelta?
Datos muestran que estos tipos de voto se mantienen o aumentan. Los candidatos tienen poco margen para crecer
¿Es posible movilizar el ausentismo y convencer al voto nulo en la segunda vuelta? Las estadísticas de los comicios generales de 2021 y 2023 sugieren que no. Pero en un escenario tan polarizado como el actual, todo podría cambiar, según tres analistas.
(No te pierdas: Elecciones Ecuador 2025: Coordinadora plantea el nulo ante la segunda vuelta)
Los datos muestran una realidad. En la primera vuelta de las elecciones presidenciales de 2021, el voto nulo representó el 9,5 % del electorado. Para la segunda vuelta, disputada entre Andrés Arauz (correísmo) y Guillermo Lasso (CREO-Partido Social Cristiano), el porcentaje subió al 16,26 %, una de las cifras más altas en comicios.
En cuanto al ausentismo, este no varió de forma significativa. En la primera vuelta, el 19,01 % de los votantes no asistieron a las urnas, mientras que en el balotaje la cifra bajó ligeramente al 17,38 %.
Para las elecciones anticipadas de 2023, la situación del voto nulo no fue tan radical, pero tampoco disminuyó. En la primera vuelta, el 6,77 % de los votantes anularon su voto, mientras que en la segunda vuelta ese número ascendió al 7,75 %. Es decir, hubo un leve incremento.
En ese proceso el ausentismo se mantuvo en un 17 %. Ni Luisa González (correísmo) ni Daniel Noboa (ADN) lograron movilizar a los ausentes.
En la primera vuelta del 9 de febrero de 2025 ocurrió algo inédito: dos candidatos concentraron el 88% de la votación. El presidente-candidato Daniel Noboa obtuvo el 44,17 %, mientras que Luisa González (correísmo) alcanzó el 43,97 %.
¿Mover el ausentismo y desmovilizar el nulo?
Si quienes ya votaron por alguno de los dos mantienen su decisión en la segunda vuelta, el margen para captar nuevos votos que les permitan superar el 50 % de los sufragios válidos es muy estrecho.
Esa polarización, según la catedrática universitaria Caroline Ávila, podría generar una “revalorización del voto”. Es decir, algunos ciudadanos que no votaron en la primera vuelta podrían decidir hacerlo en la segunda prevista para abril.
“En regímenes como el de Venezuela, donde el voto es voluntario, cuando hay una percepción de polarización hasta el 80 % del electorado acude a votar. Es decir, la polarización moviliza”, sostiene Ávila. No obstante, ella considera que convencer a los ausentes es más factible que “desmovilizar a los del voto nulo”.
Respecto al voto nulo, Ávila explica que su reducción solo ocurre cuando el ambiente político se vuelve excesivamente violento, con una campaña basada en ataques y desacreditaciones que superan los límites tradicionales de la política.
Por su parte, la politóloga Selene López cree que sí es posible movilizar a quienes votaron nulo. Explica que este tipo de sufragio se comporta de manera diferente según el tipo de elección. Como ejemplo, menciona lo sucedido en la segunda vuelta de 2021.
“Hubo una campaña en favor del nulo ideológico. Los votantes que anularon en la primera vuelta no fueron los mismos que lo hicieron en la segunda. Quienes anularon en primera terminaron votando por Arauz en la segunda, mientras que quienes apoyaron a Yaku Pérez y en menor medida a Xavier Hervas, se inclinaron por el voto nulo” en el balotaje, detalla López.
Según la politóloga, la clave para reducir el voto nulo dependerá de los incentivos que ofrezcan las campañas que emprenderán Noboa y González.
Por su parte, el experto en temas electorales Daniel González dice que tanto el ausentismo como el voto nulo pueden modificarse en la segunda vuelta. “Todo dependerá del atractivo de las campañas, del nivel de convencimiento de los candidatos y de su capacidad para llegar a quienes votaron nulo o se ausentaron en la primera vuelta, por diferentes motivos”, plantea.
¿Qué votos buscan ADN y el correísmo?
Por ahora, ADN y el correísmo parecen más enfocados en captar los votos orgánicos de otros candidatos, aunque estos no representen un porcentaje significativo. El correísmo, por ejemplo, debate la posibilidad de apelar a los votantes de Pachakutik, cuyo candidato presidencial, Leonidas Iza, obtuvo el 5 % en la primera vuelta en este 2025.
El miércoles pasado se reunió en Quito el Consejo Político de Pachakutik. Fue una de las antesalas para la decisión que tomarán el próximo 7 de marzo, en conjunto con las bases de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador. Pero Iza ha mostrado su postura respecto a no apoyar a Noboa y tampoco al voto nulo en esta ocasión.
En el caso de ADN, aunque el Partido Social Cristiano (PSC) no consiguió una votación relevante, ya ha manifestado su respaldo a Daniel Noboa en la segunda vuelta, argumentando que nunca han votado por Rafael Correa o por alguno de sus candidatos en los diferentes procesos electorales.
La polarización dejó muy poco espacio para la maniobra política en el balotaje. El 13 de abril se conocerá si alguno de los dos logró movilizar al ausentismo histórico o al nulo.
Coordinadora va por el nulo
A un mes y 21 días de la segunda vuelta electoral, el primer grupo en promocionar el voto nulo apareció. Se denomina la Coordinadora Nacional del Voto Nulo y cree que, frente a la situación del país, la única opción es que existan nuevos actores políticos.
Christian Ramírez, director del Movimiento por la Dignidad de Quito, una de las organizaciones parte de la Coordinadora, señaló que hay varias organizaciones en el país apoyando su iniciativa.
“El pueblo ecuatoriano, viendo el rechazo de las autoridades de no escuchar a la ciudadanía, como voz de protesta vemos que el voto nulo es el inicio de un gobierno de transición”, señaló Ramírez.
Por su parte, el director del Movimiento Libertario, Javier Recalde, dijo ayer que existe un millón de personas (basado en los resultados de la primera vuelta) que han optado por el nulo. Y cuestionó el rol del Consejo Nacional Electoral (CNE) porque creen que el porcentaje de nulos fue mayor.
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