Visitantes. Las familias que ofertan el turismo comunitario, ofrecen la danza, donde sus habitantes  utilizan las prendas autóctonas

La mujer amazonica, ya no viste como antes

En la Amazonía del Ecuador, son pocas las mujeres de las nacionalidades que actualmente mantienen sus costumbres ancestrales a la hora de vestir.

En la Amazonía del Ecuador, son pocas las mujeres de las nacionalidades que actualmente mantienen sus costumbres ancestrales a la hora de vestir. Sus trajes típicos se elaboran con telas o la de fiesta que se extrae de la lanchama un frondoso árbol que se consigue en la selva.

Katherine, a sus 20 años tiene la experiencia y la sabiduría suficiente para plasmar el rostro de su madre Claudia y de su hermanita de nueve años en un lienzo. Toma entre sus manos un achiote (vegetal de color rojo) y con una diminuta rama de árbol traza varias líneas. Cada figura tiene un significado, el de Claudia es el amor y la fuerza que pone por sacar adelante a su hogar.

Este ritual culmina con la utilización de todas las prendas ancestrales que antaño utilizaban las mujeres kichwas. Ahora solo lo hacen en ocasiones especiales o para promocionar el turismo en las comunidades.

Cada una de las prendas de la mujer kichwa de la Amazonía es elaborada con semillas y corteza de árboles que se consiguen en las chacras (huertos) o en medio de la selva. “La influencia de los mestizos ha cambiado mucho nuestras costumbres. Pero quienes ofertamos este tipo de turismo comunitario buscamos rescatar y crear conciencia de que debemos estar orgullosos de nuestra historia y raíces ancestrales”, mencionó Claudia.

En la actualidad los trajes de las mujeres se han modificado. Antaño las sabias tomaban las cortezas de la lanchama, la cortaban en pedazos, golpeaban, lavaban hasta quitarle el color y cuando quedaba blanca comenzaban a tejer las faldas y las blusas.

Ahora el proceso es igual solo que es decorado con semillas, pepas y plumas de pájaros para darle mayor vistosidad. “Estos trajes los lucían más las reinas o las Inti Warmi, es decir la Mujer Sol. Ahora lo hacen las reinas y en las danzas”, sostuvo Claudia Tanguila.

También llevan coronas que significan que es la líder de la comunidad o del grupo que representan. La pintura originalmente es con wituk, fruto amazónico que en la actualidad es muy difícil de conseguir y que solo tienen en el pueblo Sarayaku de Pastaza, explicó.

Antonio Vargas, líder del pueblo Kichwa en Pastaza, mencionó que la vestimenta original era elaborada con materiales de la zona y cueros de animales. En el caso de las mujeres se cubrían con una falda elaborada de lanchama, pita, y los hombres de cuero de venado un pantalón largo con basta ancha hasta el tobillo, no utilizaban zapatos.

“Actualmente ha cambiado, en un 90 %, ya no utilizan esa vestimenta. Solo el 10 % mantiene la vestimenta original. Ese cambio ocurre, sobre todo en los jóvenes, por influencia de las urbes cercanas adonde ellos acuden para estudiar, olvidándose así de algunas costumbres de su pueblo”, manifestó el dirigente.

La macahua y la danza se unen

n Claudia y su hija menor que lleva el mismo nombre, cuando están con sus prendas autóctonas, utilizan los tambores y las macahuas para mostrar su cultura a los turistas.

Con los tambores agradecen a la Pachamama y también invocan al Palo Supai Runa que son los espíritus de la selva. La chicha fermentada en grandes tinajas, la dan a beber en pequeñas macahuas (mates). Todo el ritual constituye la manera de expresar la cosmovisión amazónica y sus raíces ancestrales.