El mundo va a extrañar al ETERNO MAESTRO

El mundo va a extranar al ETERNO MAESTRO

Se cerró un libro y empezó la leyenda. El holandés Johan Cruyff, fallecido el jueves a los 68 años, víctima de un cáncer de pulmón, fue incinerado ayer por la tarde en Barcelona, según el diario holandés De Telegraaf, en el que el exjugador escribía un

Se cerró un libro y empezó la leyenda. El holandés Johan Cruyff, fallecido el jueves a los 68 años, víctima de un cáncer de pulmón, fue incinerado ayer por la tarde en Barcelona, según el diario holandés De Telegraaf, en el que el exjugador escribía una columna semanal.

La incineración se hizo de manera íntima y solo asistieron los familiares.

En un comunicado difundido en la página del exfutbolista, la familia explicó que quería “dar una despedida privada a Johan, su amado marido, padre, abuelo y amigo”. No se mencionó ningún dato específico sobre el funeral.

Jordi Cruyff, hijo de quien brilló como jugador y como entrenador, se mostró emocionado “porque Johan fue una fuente de inspiración para muchos”, manifestó.

“Mi padre será siempre inmortal”, había dicho Jordi en una entrevista dos días antes de la muerte de Cruyff sin saber que esas palabras iban ahora a tener tanta repercusión.

Y es que las manifestaciones de respeto y honra al padre de lo que hoy en día es el Barcelona de España (dirigió al equipo que ganó su primera Copa de Europa en 1992) fueron multitudinarias. Luego de dejar su adicción al cigarrillo, Cruyff empezó a usar como elemento distractor los chupetes, de ahí que ayer cientos de estos fueron dejados en su nombre en las afueras del estadio azulgrana; así como flores en Akkestraat, en la casa donde nació en Amsterdam y banderas a media asta en el Amsterdam Arena y en el Camp Nou.

El barcelonismo despidió al genio que dio un giro a la inercia de equipo perdedor que era el Barça. Hasta su llegada, el club había conseguido 42 títulos en 71 años y tras su llegada los azulgrana sumaron los mismos títulos, pero en 27 años.