Coronavirus: Los animales se estarían acostumbrando a una "trampa ecológica"
Las organizaciones ecologistas aseguran que cuando el confinamiento termine volverán a esconderse. Algunos animales podrían acostumbrarse a un sitio que pronto volvería a ser de riesgo para ellos.
Pumas, jabalíes, monos, ciervos. Los animales han vuelto a una paz inigualable ante el confinamiento mundial por la emergencia del coronavirus. Sin embargo, expertos ecologistas advierten que se estarían acostumbrando a un habitad que pronto volverá a serles peligrosa.
Coronavirus en Ecuador: La fauna se pasea en la cuarentena
Leer másEl Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales (CREAF), instituto de la Universidad Autónoma de Barcelona, indica que los animales están adoptando "una falsa percepción de que las ciudades son lugares adecuados para vivir". Y, además, el hecho de que la pandemia haya coincidido con la temporada de reproducción de varias especies complicaría mucho más la situación.
“Si, por ejemplo, los pájaros aprovechan el bajo nivel de perturbaciones humanas para criar en zonas donde antes no lo hacían, la reproducción podría fracasar una vez la actividad recupere cierta normalidad”, detalla la CREAF.
Oriol Lapiedra, científico de la CREAF, comenta para El País un problema relacionado al asfalto de las urbes y carreteras. Las serpientes, que son de sangre fría, frecuentarían estas zonas ante la disminución vehicular y, cuando todo vuelva a la normalidad, podrían sufrir atropellamientos.
Lapiedra añade que los lobos, quienes también buscan la ciudad, podrían ser los protagonistas de encuentros de conflictividad. "Si volvemos a salir de nuestras casas en el momento del nacimiento de las camadas, puede que haya más encuentros".
La tigresa Nadia, del zoológico del Bronx, se contagia de coronavirus
Leer másRiesgo en aeropuertos
La prevención de accidentes en estructuras de transporte es otro de los temas a analizar. Sobretodo cuando aves de magnitud considerable están cayendo en la "trampa ecológica" de confundir aeropuertos como habitad segura para ellos.
En aeródromos como El Prat (España) han intensificado labores para espantar a pájaros como gaviotas o cormoranes. "Esto abre la puerta a problemas cuando se reactive la movilidad, tanto para la seguridad de los aviones como para las aves”, indica Carme Rosell, directora de Minuartia, una consultoría especializada en gestión de biodiversidad urbana y en la contención de conflictos con la fauna.