El bar rosarino que inspiró a Fontanarrosa
Multitud de rostros populares como Fito Páez, Juan Carlos Baglietto y Joan Manuel Serrat, gran amigo de Fontanarrosa, pasaron alguna vez por el local.
Ocho décadas después de abrir sus puertas, El Cairo es un templo de obligada visita en Rosario, la ciudad de Leo Messi, Fito Páez y el ‘Che’ Guevara. Y para entrar al icónico café, cuyo origen es difuso -como buen lugar legendario-, ahora hay que pisar la esquina Serrat y Fontanarrosa... y quizá en unos meses también la ‘manzana Sabina’.
En pleno centro histórico, este bar -inaugurado en 1943 y remodelado con su aspecto actual en 2004- está marcado por haber sido fuente de inspiración para Roberto Fontanarrosa (1944-2007) -uno de los más recordados escritores de Argentina-, en particular las tertulias en la llamada ‘mesa de los galanes’ que él encabezaba.
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Leer más“El Cairo es un lugar maravilloso, y a eso le sumamos que tuve la suerte de ser parte de la mesa de ‘El Negro’ Fontanarrosa, que fue como un hermano. Y eso hizo que pudiéramos relacionarnos con gente que, de otra manera, hubiese sido imposible”, cuenta el cantautor Ricardo Centurión, actual encargado y relaciones públicas del bar y uno de los ‘galanes’ de los que el también humorista gráfico hablaba en sus cuentos.
Multitud de rostros populares como Fito Páez, Juan Carlos Baglietto y Joan Manuel Serrat, gran amigo de Fontanarrosa, pasaron alguna vez por el local.
Hace dos meses, con la presencia del cantautor catalán, la esquina de El Cairo, en la intersección de las calles Sarmiento y Santa Fe, fue -avalada por una ordenanza municipal- rebautizada como Serrat y Fontanarrosa, en homenaje a ambos artistas por sus trayectorias y relación con Rosario.
“Rosario lo adora (a Serrat). Tanto él como ‘el Negro’ han sido tipos maravillosos que lo único que le han dado a la gente son cosas buenas”, relata Centurión, que adelanta su deseo respecto a la visita de Joaquín Sabina a Argentina, en marzo próximo.
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Leer más“Le mandamos decir que, si viene, le vamos a poner a la manzana Joaquín Sabina (ríe). Vamos a tentarlo con eso, para demostrarle que lo queremos mucho”, sentencia el también apodado ‘Negro’.
Al entrar a El Cairo, es inevitable pensar en la ‘mesa de los galanes’ que Fontanarrosa retrató en su cuento del mismo nombre y en otros relatos, en la que se juntaban el Pitufo, el Chiquito, el Colo y todos los habituales de esas tertulias, incluidos amigos de ellos que se sumaban de cuando en cuando.
Rosario llegó a ser conocida a finales del siglo XIX como ‘la Chicago argentina’: época en que, a la par de su desarrollo como puerto agroexportador a orillas del Paraná, campaban a sus anchas grupos mafiosos en una ciudad con abundantes burdeles.