Científicos descubren un método para bloquear la infección del coronavirus
La Agencia Europea de Medicamentos (EMA) dio ayer su visto bueno a una dosis de refuerzo en la población adulta. Cada país debe resolver este tema
Un equipo de científicos de la Escuela Politécnica Federal de Lausana (EPFL) ha descubierto un método para evitar que el coronavirus SARS-CoV-2, causante de la COVID-19, infecte a otras células, algo que puede ser clave en futuros tratamientos contra esta enfermedad.
Los expertos han descubierto la forma en que ciertas enzimas transforman ácidos grasos a uno de los componentes más importantes del coronavirus, la proteína ‘spike’ que forma la membrana espinosa, clave en el proceso de infección a otras células.
Consiguientemente, medicamentos capaces de modificar los ácidos grasos “evitan de forma eficaz que el SARS-CoV-2 infecte otras células”, destacó EPFL en un comunicado, subrayando que el hallazgo también puede aplicarse contra otros virus, como los de la gripe o el herpes.
El estudio, que se ha publicado en la revista especializada Developmental Cell, explica que la transformación de ácidos grasos es conocida en términos especializados como S-acylación y es llevada a cabo por unas enzimas llamadas zDHHC-acetyltransferasas.
Dichas enzimas añaden ácidos grasos a proteínas y aminoácidos con el fin de optimizar sus funciones, entre ellas, en el caso de los virus, su capacidad de infectar células vecinas.
Mientras tanto, la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) dio ayer su visto bueno a una dosis de refuerzo en la población adulta general con la vacuna de la COVID-19 de Moderna entre seis y ocho meses después de la segunda inyección.
El regulador europeo revisó datos presentados por la farmacéutica estadounidense que muestran que una tercera dosis de este preparado, seis a ocho meses después de la segunda, “provocó un aumento en los niveles de anticuerpos en adultos” en quienes habían disminuido con el paso del tiempo.
En concreto, la agencia comunitaria afirmó que “se puede considerar” esa tercera inyección de Moderna, que es la mitad de la utilizada para la vacunación primaria de dos dosis.
Los efectos secundarios con la dosis de refuerzo son similares a los provocados por la segunda, mientras que “el riesgo de enfermedades cardíacas inflamatorias” y otros efectos adversos “se están controlando cuidadosamente”, asegura la EMA.
La EMA hace pública esta opinión para que los organismos de salud pública puedan emitir recomendaciones oficiales sobre el uso de una dosis de refuerzo con Moderna, lo que tendrá en cuenta varios factores, como la situación epidemiológica local.
Esta es la segunda vez en este mes que la EMA respalda la seguridad y la eficacia de una dosis de refuerzo con las vacunas de ARNm, puesto que a principios de octubre dio su visto bueno a una tercera dosis con Pfizer al menos seis meses después de la segunda en adultos mayores de 18 años.
La dosis de refuerzo en la población general es diferente a la dosis adicional para las personas con un sistema inmunológico muy debilitado. En este segundo caso, la EMA ya recomendó administrar una dosis adicional tanto con Pfizer como con Moderna al menos 28 días después de la segunda inyección.
Las decisiones relativas a la campaña de vacunación en la Unión Europea (UE) siguen siendo prerrogativa de cada país.
La farmacéutica Moderna anunció ayer que su vacuna contra la COVID-19 ha arrojado resultados prometedores para los niños del rango de los 6 a los 12 años, al demostrar una “respuesta robusta de neutralización de anticuerpos”. El director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, dijo que el objetivo establecido es vacunar al 40 % de la población de cada país hasta finales de 2021 y puede lograrse si hay apoyo.