Color, olor y sabor, Latinoamérica en sus plazas de mercado
Si bien las generaciones pasadas se surtían con productos comprados en las plazas de mercado, estos espacios fueron desplazados por almacenes.
Las plazas de mercado son una inagotable fuente de color, olor y sabor que resguardan las tradiciones culturales de América Latina y transforman la herencia alimentaria de una región que empieza a darles el valor que les adeuda y a ver en ellas un rentable potencial turístico.
Si bien las generaciones pasadas surtían los refrigeradores con productos comprados directamente en las plazas de mercado, estos espacios fueron desplazados por los grandes y sofisticados almacenes que, sin embargo, carecen de la calidez del pueblo, que es justamente lo que hace que las centrales de abastos latinoamericanas sean tan atractivas para los extranjeros.
El primer gol del Mundial es del mercado de televisores
Leer másAl caminar por sus pasillos y recibir degustaciones de frutas, amasijos, fritos, dulces y brebajes, siempre acompañados de una sonrisa y de la sugerente frase “¡pruebe, sin compromiso!”, son cada vez más los turistas que emprenden la seductora tarea de descubrir a qué sabe y huele Latinoamérica, y de qué color es esta parte del mundo.
“Después de viajar este año por varios países de la región creo que América Latina es verde como un aguacate, sabe dulce como la piña, y huele fresco como la menta o el limón”, describe la holandesa Sara Thompson, en la Plaza Distrital de Mercado La Concordia, de Bogotá.
Allí, a principios de diciembre se llevó a cabo Cosechando Sabores, una iniciativa del conglomerado Warner Bros. Discovery y el canal Food Network que invita a retornar a las plazas de mercado, a resaltar la autenticidad de la comida colombiana y las historias detrás de cada una de sus preparaciones emblemáticas, y que evidencia que su auge permea ya a la televisión internacional y las redes sociales.
Pollo selvático, sopas como la mazamorra chiquita o el ajiaco, y la bandeja paisa, compuesta de fríjoles, arroz, chicharrón, carne molida, chorizo, huevo frito, tajadas de plátano maduro, aguacate y arepa, hacen parte de las delicias criollas que se degustaron en la tercera edición del evento.
Atún, frejol, yogur, arroz y queso, entre los alimentos que se encarecieron en diciembre
Leer másLa Central de Abasto de la Ciudad de México, la más grande de América Latina, fue inaugurada en 1982 y desde entonces no ha parado de crecer en dimensiones y número de clientes. Especialmente en fechas destacadas, como las celebraciones decembrinas o Semana Santa, sus pasillos se llenan de personas que acuden por la variedad de productos y sus precios, que se mantienen algo más bajos que los de los supermercados.
En Uruguay, el arribo de un centenar de cruceros a la capital entre diciembre y abril es una excelente noticia para los comerciantes del Mercado del Puerto de Montevideo, que esperan “una buena temporada de verano” tras las penurias que han pasado desde el 2000 a causa de la pandemia.
En el caso de Santiago de Chile, el mercado más concurrido es La Vega Central, con más de 7.000 trabajadores y adonde acuden 45.000 personas por día para comprar alimentos frescos. El ir y venir de los clientes por los patios y pasillos contrasta con otros ejemplos de la capital chilena, como el histórico mercado Central, que se llenó durante años de restaurantes para turistas y actualmente luce un tanto alicaído, a causa del parón por la pandemia.