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El cofundador de Remango Gonzalo Martínez observa mangos observa mangos el 23 de noviembre de 2022, en Asunción (Paraguay). EFE/Rubén Peña

El desperdicio de mangos en Asunción pone a prueba la creatividad de universitarios

Este emprendimiento planea expandir su modelo de negocio a otros países como Argentina y Chile. La iniciativa es muy productiva en Paraguay.

Lo que arrancó como una llamada telefónica que podía significar un premio millonario para un grupo de jóvenes universitarios se transformó en una alternativa para retirar de las calles de Asunción la abundante cosecha de mangos que atesta durante la época calurosa la capital paraguaya.

Paolo Stagni, quien en 2018 cursaba la carrera de economía en la Universidad Católica Nuestra Señora de Asunción, diseñó y planificó en ese entonces junto a dos compañeros de estudio, Gonzalo Martínez e Ignacio Rotela, un proyecto para dar solución al desperdicio y la contaminación causada por estos frutos en la ciudad.

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“¡Préstame atención! Esta llamada bien puede valer un millón de dólares”, fue la frase acuñada por Stagni para promocionar ante sus amigos y conocidos la iniciativa.

Fue así como nació Remango, que Stagni describió como “una plataforma que ofrece soluciones sustentables en torno al desperdicio” del mango, una fruta ampliamente cotizada en otras latitudes y que se pudre en las calles y aceras de la ciudad.

La misión de Remango es rescatar la mayor cantidad de frutos posibles y convertirlos en materia prima para las industrias que producen jugos, mermeladas, helados, cervezas, o yogures.

Bajo este concepto, Stagni, Martínez y Rotela se postularon al Hult Prize, una competencia copatrocinada por la Escuela Internacional de Negocios Hult, las Naciones Unidas y el expresidente estadounidense Bill Clinton que premia las propuestas de jóvenes universitarios dirigidas a atender desafíos en materia de seguridad alimentaria, acceso al agua, energía y educación.

El concurso premia con un millón de dólares al proyecto ganador. Y aunque la idea de retirar los mangos de las calles capitalinas no es nueva, ya que se han puesto en marcha proyectos que no han permanecido en el tiempo, el jurado del certamen internacional consideró atractiva la propuesta paraguaya.

Fue así como Remango terminó entre los siete proyectos ganadores del desafío “Food For Good” del año 2021.

La competencia, sin embargo, culminó en la fase semifinal debido a las restricciones de movilización por el COVID-19. El jurado repartió el premio entre los siete seleccionados, es decir, 150.000 dólares para cada uno.

Desde entonces, Remango se ha dedicado a la recolección, procesamiento y comercialización de productos a base de mango, lo que representa, según palabras de Stagni, “un triple impacto” desde el punto de vista económico, social y ambiental.

Los mangos son recolectados por camiones de reciclaje y llevados a una planta, donde se seleccionan los que están en mejor estado y luego se convierten en concentrado de pulpa, principalmente congelada, y envasada de forma aséptica.

El producto final es vendido a distintas industrias, añadió Martínez. Este emprendimiento planea expandir su modelo de negocio a otros países como Argentina y Chile, y ya está en conversaciones con una empresa de destilería orgánica para producir un “brandi sabor a mango”, dijo este joven.

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Sin embargo, el impacto de Remango es aún limitado, pues, según Martínez, en Asunción se pudren cerca de 60.000 toneladas de esta fruta en un período de tres a cuatro meses durante el año.