El drama de las discapacidades que no saltan a la vista
Adrianna Procida habla sobre su síndrome y su libro para combatir el acoso
Después de varios años de soportar miradas acusadoras y murmuraciones por usar una silla de ruedas que pareciera no necesitar, Adrianna Procida alzó su voz por las personas que son “acosadas” y “etiquetadas” por tener una discapacidad con el libro ‘Lo que no se puede ver’. Procida, de 18 años, fue diagnosticada desde hace una década con el síndrome de hipermovilidad Ehlers-Danlos (EDS, en inglés), condición que abarca 13 trastornos hereditarios del tejido conectivo diagnosticados en una de cada 5.000 personas en Estados Unidos.
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La enfermedad, que no tiene cura, causa dolores crónicos y serios problemas en las articulaciones, que en el caso de Procida no le permiten caminar distancias largas, entre otras limitaciones. “Hay días que estoy mejor pero hay otros en que tengo que usar la silla de ruedas porque no puedo sostenerme en pie y el dolor es muy fuerte”, dijo la hispana, nacida en Los Ángeles de madre hondureña.
Explica que ha tratado de manejar el síndrome y llevar una vida lo más normal posible. Sin embargo, “la ignorancia” que existe sobre las discapacidades, especialmente entre los jóvenes, ha hecho sus días un poco más duros. Incluso fue acusada de fingir su enfermedad en su graduación de bachillerato por un compañero que la vio caminando a recibir su diploma.
A pesar de que la joven trató de explicarle su condición, el joven insistió en que ella estaba mintiendo. “Todos estos años de visitas al médico, de dolor constante, de tomar medicinas, para que te digan que estás mintiendo es muy frustrante”, agrega.
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Esas experiencias de acoso la han impulsado a tomar acción y “educar” a la comunidad sobre el sufrimiento de personas como ella, en especial de aquellos con condiciones que no saltan a la vista.
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Leer másAsí nació su novela ‘Lo que no se puede ver’, que relata la historia de Seito Ohasi, un adolescente japonés que fue declarado legalmente ciego pero no ha perdido totalmente su vista. El protagonista además enfrenta problemas de salud mental y tiene pocos amigos. “Quiero mostrar que detrás de una discapacidad hay seres humanos, que la discapacidad no te puede definir. No es solo el ciego o la chica de la silla de ruedas”, indica la joven escritora, estudiante de la Universidad de La Verne, en California.
La novela, con ilustraciones suyas de los personajes influenciadas por la estética del “anime” japonés, le ha permitido mezclar sus dos pasiones: la escritura y el dibujo. Su meta es llegar a lectores adolescentes y jóvenes para “crear conciencia” sobre lo que significa vivir con un problema físico o mental.
Aunque el libro se nutre de su experiencia personal, la joven también realizó una investigación sobre otras discapacidades y los retos de quienes las padecen. “Quería mostrar la realidad, no el espejismo que han vendido los grandes medios”, señala.
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Leer más‘Lo que no se puede ver’, disponible en español e inglés, fue lanzado este octubre, el Mes Nacional de Concienciación Sobre el Empleo de Personas con Discapacidades.
La escritora prepara presentaciones de su obra en México y espera poder presentarla en Honduras, como también una segunda novela sobre Seito. “Hay un gran trabajo por hacer y yo estoy comprometida en poner mi granito de arena para eliminar las etiquetas sobre la discapacidad“, precisó Procida.
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