El Ejército de la RDC atribuye al M23 el bombardeo de una capital provincial
El ataque fue cerca de un colegio, y dejó a dos ciudadanos heridos
La estratégica ciudad de Goma, capital de la provincia de Kivu del Norte, en el noreste de la República Democrática del Congo (RDC), sufrió este 2 de febrero el impacto de una bomba arrojada, según el Ejército, por el poderoso grupo rebelde Movimiento 23 de Marzo (M23), unos hechos que dejaron dos heridos.
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Leer más"Las primeras informaciones que tenemos indican que la bomba fue disparada por los terroristas del Ejército ruandés (país al que la RDC culpa de apoyar a los rebeldes) y sus aliados del M23 desde la colina de Kagano", dijo en declaraciones recogidas por medios locales el portavoz del Ejército en Kivu del Norte, coronel Guillaume Njike Kaiko.
Según el jefe del barrio de Mugunga, en el oeste de Goma, Safari Mbalibukira, el proyectil cayó cerca de un colegio situado en la avenida Kashanga y dejó "dos heridos", un padre y su hija.
Esta sería la primera vez que Goma sufre bombardeos desde el resurgimiento del M23 en marzo de 2022 tras años de escasa actividad, aseguran medios congoleños, después de que el grupo ocupara esta urbe durante diez días en diciembre de 2012, antes de retirarse por la intensa presión de la comunidad internacional.
El pasado jueves, al menos 27 civiles murieron por bombardeos atribuidos también a esta milicia por el Ejército congoleño en la localidad de Mweso, a unos veinte kilómetros de Goma, si bien los milicianos culparon a las Fuerzas Armadas de las muertes.
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Tras reactivarse en marzo de 2022, el M23 consiguió ocupar numerosas áreas y localidades estratégicas en el este de la RDC, pero se retiró de algunas de esas zonas a mediados de 2023 por la presión de los líderes de la Comunidad del Este de África (EAC).
Sus combates estallaron de nuevo el pasado 1 de octubre, tras meses de calma relativa.
Las ofensivas del M23 han desencadenado una escalada de tensiones entre la RDC y Ruanda por la presunta colaboración de Kigali con el grupo rebelde, un extremo que las autoridades ruandesas siempre han negado, pese a haber sido confirmado por la ONU.
A su vez, Ruanda y el M23 acusan al Ejército congoleño de cooperar con las rebeldes Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda (FDLR), fundadas en 2000 por cabecillas del genocidio de 1994 y otros ruandeses (hutus) exiliados en RDC para recuperar el poder político en su país.
Desde 1998, el este de la RDC está sumido en un conflicto alimentado por milicias rebeldes y el Ejército, a pesar de la presencia de la misión de paz de la ONU en el país (Monusco).
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