Turquía: Erdogan afronta con ventaja la reelección en segunda vuelta
El próximo 28 de mayo el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, mide a Kemal Kiliçdaroglu
El presidente de Turquía, el islamista Recep Tayyip Erdogan, se ha burlado de los sondeos y ha ganado este domingo 14 de mayo, tras 20 años en el poder, otras elecciones, si bien perdiendo la mayoría absoluta, lo que le obligará a luchar por la reelección en una segunda vuelta el 28 de mayo.
Los sondeos apuntan a una victoria de la oposición en las elecciones en Turquía
Leer másTras una jornada electoral llena de acusaciones de manipulación entre Erdogan y la oposición, la Comisión Electoral confirmó este lunes que el presidente logró el 49,5 %, más de cuatro puntos más que su rival socialdemócrata, Kemal Kiliçdaroglu.
Ese triunfo sin mayoría le obligará a concurrir por primera vez a una segunda vuelta, para la que parte con ventaja y frente a una oposición que ha recibido la inesperada derrota con desilusión.
Las presidenciales y parlamentarias celebradas el domingo han sido un plebiscito sobre la popularidad del presidente y sobre la polarización de la sociedad turca alrededor de él.
Erdogan ganó las presidenciales de 2018 y 2014, y antes de eso ya había ejercido de primer ministro durante once años.
En esta campaña, el presidente de 69 años de edad planteó las elecciones como una prueba de supervivencia del país, advirtiendo de que, si él perdía, la oposición pactaría con terroristas kurdos, Turquía se hundiría en el caos y quedaría a merced de intereses económicos y políticos de Occidente.
La oposición, por su parte, ha presentado a Erdogan como origen de todos los problemas de Turquía y ha prometido revertir la pérdida de derechos y libertades, y sanear una economía muy afectada por la depreciación de la lira y la elevada inflación.
Turquía: Elecciones polarizadas
Leer másEsa estrategia no ha funcionado, según explica Tarik Sengül, profesor de Ciencias Políticas en la Middle East Technical University de Ankara, quien afirma que hacer responsable a una sola persona de todo lo que no funciona ha acabado por reforzar su aura de poder y la admiración de sus seguidores.
Al final, ni el desgaste de 20 años de creciente autoritarismo, ni las crisis económica, ni las críticas por la mala gestión de los devastadores terremotos del pasado febrero han pasado suficiente factura al presidente.