Israel: Hamás y sus socios juegan a olvidar la historia
En las últimas semanas de 2023, por el ataque contra Israel el 7 de octubre, el grupo terrorista y sus socios siguen jugando a olvidar la historia
Al parecer la frase “el pueblo que desconoce su historia está condenada a repetirla” es cierta y aplica a muchos rincones de nuestro planeta. Hace tan solo 78 años acababa la Segunda Guerra Mundial, donde la llamada higiene racial teorizada por Hitler y aplicada por un régimen de muerte industrializada mató a dos de cada tres judíos europeos. Además de la muerte y destrucción causada por las propias campañas militares, millones judíos, junto a otros pueblos europeos, fueron exterminados de forma organizada y fríamente calculada.
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Hoy, en las últimas semanas de 2023 y a causa del ataque de Hamás contra Israel el pasado 7 de octubre, hemos visto como el grupo terrorista y sus socios siguen jugando a olvidar la historia. El fundamentalismo extremo ha penetrado hasta tal punto que incluso el alma más bienintencionada justifique la barbarie de Hamás. A través de una falsa reivindicación social y económica basada en la reescritura de la historia de Israel, se logran justificar hasta la peor de las atrocidades con ese falso buenismo que tolera cualquier venganza de una víctima contra su supuesto opresor.
La semana pasada se acordó por medio de la mediación de Estados Unidos, Qatar y Egipto, un cese al fuego que permitiría el intercambio de rehenes israelíes y otros extranjeros por la liberación de presos palestinos previamente condenados por terrorismo. Hasta el momento fueron liberados cuarenta israelíes y quince extranjeros, por lo que se estima que aún hay ciento ochenta y cinco personas secuestradas por Hamás. Dentro de este número se encuentran dieciocho niños que el gobierno de Netanyahu espera rescatar como parte del acuerdo que finalizaba ayer.
A la vez, este alto al fuego ha permitido que la ayuda humanitaria llegue al norte de la franja de Gaza donde aún se encuentran civiles. Ayer se despacharon doscientos camiones con comida, agua, equipamiento para refugios y suministros médicos. Mientras tanto, los líderes políticos de Hamás siguen viviendo como reyes en Qatar y Turquía y sus disciplinados súbditos siguen aniquilando a israelíes, palestinos y extranjeros. Para ellos no existen reglas claras de juego y la democracia es una debilidad explotable en su favor.
Lo más preocupante para el mundo Occidental son las actitudes de ciertos líderes de Estados que se hacen llamar democráticos, pero que ante este conflicto han decidido estar del lado del radicalismo, las masacres y la normalización del terrorismo. Por ejemplo, el primer ministro de Irlanda, Leo Varadkar, comunicó hace unos días que Emily Hand había regresado a casa luego de haberse perdido, cuando la realidad es que ésta fue secuestrada por Hamás en Gaza. Pertinentes fueron las declaraciones del Ministerio de Exteriores de Israel, donde señalaron que Varadkar había perdido su brújula moral.
Por otra parte están los primeros ministros belga, Alexandre de Croo, y español, Pedro Sánchez, quienes recibieron agradecimientos de Hamás luego de declarar durante su viaje a Israel que Netanyahu debía frenar la operación militar antiterrorista. Bajo el pretexto de una aplicación del Derecho Internacional que impediría a un Estado defenderse y que implicaría igualar un Estado con una organización terrorista, que también tiene en vilo a millones de palestinos. Al parecer para estos mandatorios la balanza está inclinada hacia un lado en particular. Estas actitudes han producido la crisis diplomática más grave entre España e Israel desde que establecieron lazos diplomáticos en 1986.
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El pasado 24 de noviembre el pleno del Municipio de Barcelona aprobó la resolución con la que suspendieron las relaciones con el Gobierno de Israel. Pedro Sánchez en su gira por Medio Oriente declaró que trabajaría para reconocer al Estado Palestino, a pesar de la reticencia de la Unión Europea. Es momento de cuestionarnos quiénes son los aliados de la España de Sánchez y cuáles son sus objetivos ulteriores. Ojalá que la memoria del Holocausto sirva para poner en perspectiva las decisiones políticas de las autoridades de hoy frente a los grupos insurgentes que ponen el riesgo el orden mundial.
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