Kazajistán, sin internet y colas en bancos
Lo que se inició el 2 de enero como un reclamo por el alza del precio de gas luego se convirtió en reyertas que han dejado decenas de víctimas
La situación parece tomar el camino de la estabilización en Kazajistán tras varios días de protestas y disturbios, pero continúa el bloqueo informativo y la ausencia de internet, a lo que se suma el miedo a salir a la calle entre la población y las largas colas en bancos y supermercados.
“La gente hace cola en los bancos para recibir dinero en metálico, ya que no se puede pagar casi en ningún sitio con tarjeta de crédito. Yo he tenido que desistir e irme a casa de vacío”, comentó Zara, residente en la capital, Nursultán.
Debido a los cortes de internet y a los problemas en la red de telefonía móvil, los kazajos no pueden comunicarse con sus familiares en otras partes del país. “Mi hija fue a Almaty hace dos días, pero no puede volver. Está en las afueras de la ciudad con su abuelo, sin moverse. No hay nada que podamos hacer”, señaló.
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Leer másSvetlana tampoco ha podido sacar dinero en los cajeros de su barrio, pero porque están todos vacíos. “En los supermercados las estanterías están vacías. No hay ni pan, ni leche, ni patatas. Hasta las bebidas alcohólicas se han terminado, solo hay cerveza sin alcohol”, comentó en Facebook.
También hay problemas para encontrar papel higiénico, algo que ya ocurrió cuando estalló la pandemia del coronavirus.
“Por lo que entendí, no ha habido transporte de mercancías y nadie sabe cuándo lo habrá”, añadió. Aunque los kazajos condenan la violencia, también critican la gestión de la crisis por parte de Tokáyev, además de su decisión de solicitar la ayuda militar de Rusia y de otros países para sofocar la revuelta.
“¿Por qué ni uno solo de esos malditos funcionarios salió a hablar con los manifestantes al principio cuando en su mayoría eran pacíficos y cantaban el himno de Kazajistán?”, señaló Ardak.
Los kazajos también critican el hecho de que las autoridades estén más preocupadas por su seguridad que por el bienestar de su pueblo. “Mejor quedarse en casa. Si ocurre algo, nadie te ayudará”, señala Sveta.
Algunos periodistas y usuarios de las redes sociales criticaron que solo los medios afines al Gobierno tienen acceso a los comunicados oficiales.
“Solo muestran los canales progubernamentales. Todas las noticias incitan al pánico y no contienen ni una pizca de verdad”, señaló Khadisha.
Otros van más allá y ponen en duda la versión oficial de que los participantes en las protestas y posteriores disturbios fueran mercenarios y terroristas.
“Tokáyev es nuestro Lukashenko, nuestro Putin. Ese es el resultado final”, señaló Agzam. Aunque Tokáyev informó al Kremlin que la situación se estabiliza, Rusia dio inicio a las repatriaciones de sus nacionales del país vecino.
Un avión militar ruso repatrió a 25 turistas que se habían desplazado a Kazajistán para esquiar en las fiestas de Año Nuevo. La repatriación se produjo desde el aeródromo militar de Zhetiguen, ya que el aeropuerto de la ciudad de Almaty, epicentro de los disturbios, está cerrado.
A su vez, el Ministerio de Defensa de Rusia anunció que el domingo repatriará a los ciudadanos rusos que residen en la región que rodea Almaty y deseen abandonar urgentemente el país.
Estados Unidos también autorizó -a los funcionarios no esenciales y a las familias de todos los empleados- abandonar el consulado en Almaty, la antigua capital kazaja.
El presidente de Kazajistán, Kasim-Yomart Tokáyev, anunció que las autoridades kazajas efectúan una investigación y “presentarán al mundo las pruebas de la preparación de un ataque terrorista a su país”.
Nursultán y sus socios de la OTSC utilizan el discurso de la amenaza terrorista para justificar no solo la represión de las protestas, sino también la intervención de la alianza en el país centroasiático, un argumento difícil de contrastar ante el estado de emergencia, toques de queda, los constantes cortes de internet y la suspensión de medios de transporte en Kazajistán.
“Estoy convencido de que en el futuro próximo la situación en todo el país estará finalmente bajo control y estabilizada”, dijo el mandatario Kazajo.
Los líderes de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC), alianza militar postsoviética liderada por Rusia, cerraron filas en torno al presidente kazajo, Kasim-Yomart Tokáyev, quien pidió la intervención del bloque para sofocar los disturbios que siguieron a unas protestas pacíficas por la subida de los precios del gas. “Entendemos que la amenaza al estado kazajo surgió no de las acciones de protestas espontáneas por los precios del combustible, sino porque unas fuerzas destructivas del exterior aprovecharon esa situación”, dijo el presidente ruso, Vladímir Putin, durante una cumbre virtual de la OTSC. El jefe del Kremlin insistió en que hay que diferenciar a los que “protestaban contra la situación en el mercado del gas” licuado de petróleo, utilizado en Kazajistán como una alternativa barata de la gasolina, y “los que empuñaron armas para atacar” a las fuerzas de seguridad e instituciones estatales. Tokáyev solicitó el 5 de enero ayuda a la OTSC, liderada por Rusia y formada también por Armenia, Bielorrusia, Kirguistán y Tayikistán, además de Kazajistán, para reprimir la “amenaza terrorista” en el país, como ha calificado las protestas que comenzaron el día 2 de este mes.