Le Pen sale airosa frente a un Macron considerado vencedor
Los candidatos enfilan la recta final de la campaña para las presidenciales del domingo en Francia. 15,6 millones siguieron el debate
La ultraderechista francesa Marine Le Pen se enfrentaba en el debate electoral de este miércoles no tanto al liberal Emmanuel Macron como a sí misma y, pese a superar su intervención de 2017, no logró imponerse en un duelo dialéctico en el que el actual presidente fue visto como vencedor.
Una encuesta del instituto demoscópico Elabe para el canal BFM TV y el periódico L’Express mencionó que el jefe de Estado resultó más convincente para 6 de cada 10 espectadores, afianzando así la ventaja que los sondeos sobre intenciones de voto le otorgan de cara a la segunda vuelta de este domingo. El mandatario saliente llegó a su primer careo electoral con Le Pen hace cinco años como aspirante novel y fuera del sistema, y en este su rol como inquilino del Elíseo le hizo estar más encorsetado, pero al mismo tiempo con mayor dominio de los temas sobre la mesa.
El debate fue seguido por 15,6 millones de franceses, una audiencia inferior al celebrado en 2017, protagonizado también por ambos y la más baja en un duelo de este tipo antes de la segunda ronda de las presidenciales desde los 70. La cifra está lejos de los 30 millones, cuando aspiraban al Elíseo el socialista François Mitterrand y el conservador Valéry Giscard d’Estaing (1981), y luego Mitterrand con Chirac.
Por ello, el fundador y dirigente de la agencia de comunicación política Plebiscite, Laurent Rossini, cree que resultó el ganador indiscutible de la noche. Le Pen debía superar el estigma de su cara a cara anterior, donde le pasaron factura sus lagunas en materia económica, su agresividad verbal y la sorna con la que intentó desestabilizar a Macron, que buscaba el poder tras haber dimitido como ministro de Economía.
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Leer másEl objetivo de la aspirante, según Rossini, era “no salirse de su puesto y parecer presidenciable”. Pero esa prudencia tanto en sus palabras como en su expresión corporal provocó que finalmente no ahondara demasiado ni en sus críticas ni en sus propuestas.
“Cuando soy incisiva se me dice que lo soy mucho y cuando no demasiado que lo soy poco”, dijo ella ayer en un desplazamiento electoral en la localidad de Roye, donde se autoerigió como candidata “de la Francia que trabaja”. Macron, a juicio de su rival, se mostró arrogante: “Es algo que no sorprende a los franceses, que sufren su desprecio desde hace cinco años. Creo que se van a movilizar para poner fin a un primer mandato devastador y que han entendido que el segundo será todavía peor”, sostuvo.
La arrogancia, la actitud condescendiente, era a su vez la losa que pesaba sobre Macron, cuyo quinquenio estuvo marcado por una fuerte contestación, primero en manos de los chalecos amarillos y después entre los contrarios a su gestión de la pandemia.
Un sondeo del instituto demoscópico Harris Interactive horas antes del debate apuntaba que aunque Macron es visto como alguien autoritario (67 %) y dinámico (65 %), su punto débil radica en saber entender las preocupaciones de los franceses (34 %). A le Pen, de decidida (78 %), valiente (69 %) y autoritaria (69 %), le falla no conseguir ser identificada como alguien capaz de representar bien a Francia en el extranjero (40 %) o de ser una potencial buena presidenta (44 %).
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Leer másEl presidente, según Rossini, no asumió ningún riesgo este miércoles por la noche “porque no le beneficiaba hacerlo”, y su lenguaje no verbal lo mostró más cómodo que su contrincante, que dijo ser una patriota y defender a Francia y a los franceses.
Está por ver ahora si su duelo dialéctico influye en las opiniones de la ciudadanía: en el barómetro efectuado a su término por OpinionWay-Kéa Partners, Macron mantiene su ventaja con el 56 % de las intenciones de voto, frente al 44 % de Le Pen.