Meloni rechaza insultos sexistas de militantes de su organización
Mientras que una decena de miles de personas salieron a las calles para protestar contra las políticas sociales y económicas de su Gobierno
La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, le preguntó este 8 de octubre al secretario general del CGIL, Maurizio Landini, por los insultos machistas que corearon algunos militantes de su sindicato con motivo de la manifestación en la que este sábado decenas de miles de personas protestaron en Roma contra su Gobierno.
"Siempre respeto la disidencia, pero me gustaría saber qué piensan los exponentes de la izquierda de estas 'consignas políticas' de algunos militantes de la CGIL", escribió la jefa del Ejecutivo en la red X, antes Twitter, junto a un video grabado en un vagón del metro de Roma en el que se escucha a varios pasajeros que entonan la frase: "Meloni es una puta".
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"Y me gustaría saber qué piensa al respecto el secretario Maurizio Landini, con su moral siempre preparada para los demás", añadió la líder ultraderechista.
Poco después, Landini condenó "esos insultos violentos y sexistas, que no forman parte de la cultura y la práctica de mi organización", tras asegurar que no conocía a los protagonistas del video.
Ho sempre rispetto del dissenso, ma mi piacerebbe sapere cosa pensano le esponenti della sinistra di questi "slogan politici" di alcuni militanti della CGIL. E mi piacerebbe sapere cosa ne pensa il segretario Maurizio Landini, con la sua morale sempre pronta per gli altri. pic.twitter.com/3eGmqVrs0O
— Giorgia Meloni (@GiorgiaMeloni) October 8, 2023
"La CGIL desde siempre se opone en todas partes a cualquier forma de violencia física y verbal. Y lucha para superar esa cultura patriarcal que está en el origen de todas las formas de violencia contra las mujeres", añadió.
Decenas de miles de personas salieron el sábado a las calles de Roma para protestar contra las políticas sociales y económicas del Gobierno de Meloni, y a favor de la Constitución, en una gran manifestación en la que pidieron el final de la precariedad laboral, un futuro sostenible y una sanidad y una educación públicas sin recortes.
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La manifestación, convocada por la CGIL, el mayor sindicato del país, con el apoyo de más de cien organizaciones de la sociedad civil, reunió a unas 100.000 personas, según los organizadores, aunque las fuerzas del orden rebajaron la participación a 35.000 manifestantes, según los medios locales.
El objetivo ha sido "unir este país en torno al mensaje de que los derechos fundamentales recogidos en la Constitución deben ser aplicados", dijo Landini, que aseguró que es "el momento de acabar con la resignación" al final de la marcha, cuando los manifestantes coreaban repetidamente la palabra "huelga".
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A la protesta se unieron también las principales fuerzas del centro-izquierda y entre los participantes se encontraba la líder del Partido Demócrata PD y de la oposición, Elly Schlein, quien aseguró que estaba allí "al lado de todos los que piden justicia social y salarios dignos", dijo
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