Muere Pervez Musharraf, dictador de Pakistán que ayudó a EE.UU. tras el 11-S
Su apoyo clave sirvió a Washington para la guerra contra Al-Qaeda luego del ataque del 11 de septiembre
El general y expresidente paquistaní Pervez Musharraf, que murió este domingo en el exilio a los 79 años, quedará para la historia como el último dictador de Pakistán, fuerza clave que sirvió a Estados Unidos para la guerra contra Al-Qaeda tras el ataque del 11 de septiembre.
"Me he enfrentado a la muerte y la he derrotado varias veces en el pasado porque el destino y la suerte siempre me han sonreído. Solo rezo para tener más que las proverbiales nueve vidas de un gato", escribió el exdictador en su autobiografía "En la línea de fuego", (2006).
Incertidumbre ante la presencia terrorista en el Afganistán de los talibanes
Leer másEl general de cuatro estrellas llegó al poder en 1999, poco después de haber sido destituido como jefe militar por el entonces primer ministro, Nawaz Sharif, con un incruento golpe de estado, el último vivido por la nación asiática que ha pasado varias décadas de sus 75 años de historia bajo el poder militar.
En pocas horas, Sharif fue apartado del poder, Musharraf asumió el mando del Ejecutivo, se proclamó presidente en 2001, cargo que ratificó en un controvertido referéndum en 2002.
Los atentados del 11 de septiembre de 2011, ocurridos meses después de la legitimación de su poder en el país, determinarían el rol geopolítico que el estratega militar estaría por cumplir.
Pakistán pagó también los platos rotos de su vecino Afganistán, que bajo el primer régimen de los talibanes, servía de refugio a los líderes de al-Qaeda, y desde donde se dirigieron los ataques.
Pakistán recibió un mensaje de la Administración del entonces presidente George W. Bush, que decía "o estás con nosotros o estás contra nosotros", dijo Musharraf que al decidir convertirse en un aliado de los EE.UU. quedó en la primera línea de batalla.