
Nueva Delhi, India: Prohíben circular a coches viejos para detener la contaminación
Los carros mayores a 15 años no podrán reponer combustible. Se llama a mejores medidas
Conductores de Nueva Delhi comienzan a apagar los motores de sus coches con incertidumbre, ante la entrada en vigor este 10 de abril de 2025 de una medida que impedirá a partir de la próxima semana repostar a cualquier vehículo de gasolina con más de 15 años de antigüedad y de diésel con más de diez.
La noticia de retirar los vehículos antiguos de la carretera ya se sabía desde 2021, cuando comenzó una campaña en la ciudad para eliminar el exceso de coches en las carreteras, pero esta vez con una novedad: un sistema de cámaras identificará si algún coche no permitido está circulando y no se le permitirá repostar.
Sin embargo, la que parecía ser la respuesta a un problema crónico aún no se ha implementado. Según anunció la semana pasada el ministro de Medio Ambiente de Delhi, Manjinder Singh Sirsa, el sistema comenzará a funcionar a mediados de mes.
Un problema de implementación

Nueva Delhi fue la ciudad más contaminada del mundo el pasado 2024, según el 2024 World Air Quality Report. Este mes, los índices de calidad del aire han sido mucho más bajos, cayendo a la posición 150 del ránking mundial, pero siguen lejos de los niveles saludables.
Ahora, la metrópoli ha decidido tomar medidas drásticas. En teoría, casi 5,2 millones de coches y motos deberían desaparecer de las calles, pero en la práctica, la medida está generando más preguntas que respuestas.
Según Amit Bhatt, director general del Consejo Internacional de Transporte Limpio (ICCT) para la India, el 40 % de la contaminación por partículas finas en la ciudad proviene del transporte. “La contaminación es un problema de todo el año en Delhi. Sacar de circulación los vehículos más viejos es una necesidad, pero el desafío está en cómo retirarlos de manera efectiva”, dijo a EFE.
El gobierno ha instalado cámaras en diferentes gasolineras de la ciudad para evitar que estos vehículos reposten, pero hay vacíos en la aplicación. “La gente simplemente cruza a Gurgaon o Noida (ciudades satélite de la capital nacional) y carga combustible allí”, sugiere Bhatt.
Además, la falta de una infraestructura adecuada para el desguace de los vehículos plantea interrogantes sobre el destino de los automóviles retirados. Estos coches podrían ser registrados en otros estados del país o ser desguazados, pero según Bhatt, menos del 1% de estos vehículos han acabado despiezados y apenas hay conocimiento de nuevos registros.
La paradoja de la transición ecológica en India

Desde el otro lado, la norma llega de manera abrupta a la vida de muchos ciudadanos. Shilpi Singh sabe lo que es quedarse sin opciones de un día para otro.
Hace unos años, cuando el gobierno prohibió los coches diésel de más de 10 años, el suyo – un modelo de alta gama – perdió casi todo su valor. “Era un coche carísimo, y de repente tuve que venderlo por casi nada porque en Delhi ya nadie lo quería”, explica a EFE.
Singh no cuestiona la necesidad de reducir la contaminación, pero sí la forma en que se imponen las normas.
"No quiero contaminar más mi ciudad, pero esto no es justo. No podemos ser obligados de repente. La gente acumula dinero con mucho esfuerzo, y para cualquier persona de clase media es muy difícil ir y comprar otro vehículo. Es impracticable en un país como la India", añade.
Según explica Bhatt, la India se ha comprometido a reducir sus emisiones y apuesta por que el 30% de sus ventas de vehículos sean eléctricos para 2030.
Esta medida, que también se está planteando en otras grandes ciudades como Bombay, llega de manera simultánea al récord de haber superado los 1.000 millones de toneladas de carbón producidas en este último año fiscal 2024-2025.
Una oportunidad para la industria automovilística

La industria automotriz observa con interés.
Joy Mukherjee, gerente de una tienda de Tata Motors en el centro de la ciudad, señala que la demanda ha aumentado en los últimos años porque los dueños vienen a cambiar sus vehículos antes de que se conviertan en chatarra. "Se han dado cuenta de que, si esperan demasiado, su valor caerá a casi nada", explica.
Para Mukherjee, esta política es un paso necesario. "Delhi tiene una reputación global como una de las ciudades más contaminadas". Aun así, reconoce que no todos pueden asumir el costo.
"Hay personas que simplemente no pueden permitirse un coche nuevo, pero hay muchas opciones: el metro, taxis, aplicaciones de transporte", asegura.
Por otro lado, Bhatt cree que la medida necesita otros apoyos. "Nueva Delhi necesita más incentivos para los eléctricos y una red de transporte alternativa que compense esta falta. Si no, sólo estamos postergando el problema", advierte.
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