La ONU alerta sobre la pobreza como causante de trastornos mentales
Un reciente informe sobre la salud mental y la pobreza pone en alerta a la ONU
Un reciente informe de la ONU advierte sobre una alarmante realidad, la pobreza puede triplicar las posibilidades de sufrir trastornos mentales. Olivier De Schutter, relator especial sobre pobreza extrema y derechos humanos, señala que el materialismo y la presión competitiva en la sociedad moderna amenazan seriamente la salud mental, especialmente en las poblaciones más vulnerables.
Según el informe, presentado ante la Asamblea General, estos factores no solo agravan la condición de quienes ya padecen pobreza, sino que crean un ciclo difícil de romper, pues los trastornos mentales derivados de la pobreza dificultan aún más el escape de esta situación.
La salud mental en números: Un problema mundial
Según el informe, más de 970 millones de personas en el mundo sufren algún trastorno mental, y entre ellas, 280 millones padecen depresión, mientras que 301 millones enfrentan ansiedad. Cada año, unas 700,000 personas se quitan la vida, situando al suicidio como la cuarta causa de muerte entre jóvenes de 15 a 29 años.
A su vez, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) advierte que la depresión es la principal causa de enfermedades incapacitantes entre sus países miembros, con un índice alarmante de jóvenes que solicitan prestaciones por problemas de salud mental.
Los riesgos psicosociales
La pandemia de COVID-19 incrementó los problemas de salud mental en un 25% solo en su primer año. Factores como la precarización del empleo y la presión económica están poniendo en riesgo a las personas con menos recursos.
De Schutter insta a los gobiernos a cambiar el enfoque de salud mental, pasando de un modelo biomédico, que reduce el problema a desequilibrios cerebrales, a una visión social, que contemple los determinantes externos como causas profundas de estos trastornos. En palabras del relator, “no podemos tratar la salud mental como un problema únicamente individual”.
Factores de estrés en la vida moderna
El informe subraya que la obsesión por el consumo y la productividad material ha generado un entorno hostil para la salud mental. Las personas en situación de pobreza enfrentan una inseguridad económica que aumenta su estrés, desencadenando problemas como la ansiedad y depresión.
De Schutter resalta la necesidad de un cambio hacia un modelo de desarrollo enfocado en el bienestar y no en la producción. Las cifras son elocuentes: en todo el mundo, la falta de inversión en servicios de salud mental genera pérdidas de un billón de dólares al año debido a la pérdida de productividad laboral y los gastos en tratamientos.
La ONU hace un llamado urgente a los líderes mundiales para que prioricen la salud mental y la lucha contra la pobreza, conscientes de que ambos problemas están profundamente interconectados.
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