¿Qué país tiene el árbol más grande de Sudamérica? Aquí está la respuesta
Con más de 400 años, este 'angelim vermelho' asombra por su altura y su rol en la conservación ambiental
En lo profundo de Sudamérica, oculto entre la vasta y exuberante selva tropical, se alza un árbol que desafía los límites de la naturaleza. Este coloso ha sobrevivido siglos, observando en silencio la evolución de su entorno mientras alcanza una altura impresionante que lo convierte en el árbol más alto del continente.
Brasil alberga el árbol más alto de Sudamérica
El árbol más alto de Sudamérica es un impresionante Angelim Vermelho de aproximadamente 90 metros de altura, ubicado en la densa selva de la Reserva Natural del Río Iratapuru, en el estado brasileño de Amapá.
El hallazgo de este árbol, bautizado como el “gigante de Iratapuru”, no fue casual. Científicos y exploradores dedicaron más de tres años de trabajo y expediciones para encontrarlo, desafiando el terreno hostil de la selva amazónica y recorriendo kilómetros de espesa vegetación.
El esfuerzo se vio recompensado cuando, finalmente, los expertos se toparon con este ejemplar milenario, estimado en más de 400 años de antigüedad.
Además de su impactante altura, lo que hace único al Angelim Vermelho es su capacidad para almacenar carbono. Los árboles de gran tamaño y longevidad, como este, absorben grandes cantidades de dióxido de carbono de la atmósfera a lo largo de sus vidas, ayudando a mitigar los efectos del cambio climático.
¿Cuál es el árbol más grande del mundo?
Aunque el 'angelim vermelho' brasileño se lleva el título del árbol más alto de Sudamérica, el árbol más alto del mundo se encuentra en el Parque Nacional Redwood en California, Estados Unidos.
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Se trata del 'Hyperion' una secuoya costera que alcanza los 115 metros de altura. Este gigante, escondido en el bosque de Redwood, es conocido por su impresionante altura y su rol fundamental en la conservación ecológica de la región.
Ambos árboles, tanto el 'Angelim Vermelho' de Brasil como el 'Hyperion' en Estados Unidos están protegidos en áreas de conservación, estos colosos no solo son maravillas de la naturaleza, sino recordatorios de la importancia de preservar los recursos naturales para las generaciones futuras.
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