Paraguay decide entre el continuismo o un cambio
Más de 4,7 millones de paraguayos están llamados a las urnas Gane quien gane, los desafíos “serán mayúsculos”
Gane el candidato oficialista Santiago Peña o el opositor Efraín Alegre, los desafíos de Paraguay tras las elecciones generales de este domingo 30 de abril “son mayúsculos”, asegura en entrevista Daniel Zovatto, director regional del Instituto Internacional para la Democracia y la Asistencia Electoral, quien enfatiza que “la gobernabilidad del país está en el centro de la agenda”.
Las encuestas pronostican un resultado muy ajustado, con la posibilidad de una alternancia en el poder.
“Pero la noticia, además de empate técnico, es el fuerte crecimiento que está registrando un tercer candidato, Payo Cubas, en las últimas semanas, que ha pasado del 15 % al 23%”, apunta Zovatto.
“No creo que le alcance para ganar y competir, porque esta es una elección a una sola vuelta”, precisa este politólogo y jurista argentino que ha participado en más de cincuenta misiones de observación electoral.
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Leer másLa elección será la octava desde el retorno de Paraguay a la democracia. El Partido Colorado, de centro derecha, ganó en seis ocasiones. La oposición, solo en 2008, con el exobispo Fernando Lugo, de izquierda.
De modo que salvo el paréntesis 2008-2012, el coloradismo ha gobernado ininterrumpidamente desde 1947, incluyendo la dictadura de Alfredo Stroessner (1954-1989).
“Estamos ante un hecho inédito”, apunta Zovatto, quien señala que este largo ejercicio de poder le permite al coloradismo disponer de muy buen control e implantación en todo el territorio, una red de funcionarios públicos y un altísimo nivel de afiliación”.
A pesar de que los paraguayos desconfían mayoritariamente en el órgano electoral (solo un 13 % lo respalda, frente al 31 % de promedio en América Latina), el director de IDEA estima que “el sistema electoral es lo suficientemente transparente como para garantizar que estas elecciones sean creíbles”.
“Otra cosa es el financiamiento político y hasta qué punto la competencia se genera en condiciones de equidad, porque ahí el oficialismo siempre lleva la ventaja”, agrega.
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Leer másLa financiación política está conectada con el problema de la corrupción. El pasado 27 de enero, Estados Unidos sancionó al vicepresidente paraguayo, Hugo Velázquez, y al expresidente Horacio Cartes (2013-2018). A este último lo calificó como “una persona significativamente corrupta”. Pero eso no fue obstáculo para que Cartes se quedara con la presidencia del Partido Colorado y para que su delfín político, Santiago Peña, se impusiera en las elecciones internas del oficialismo.
Las sanciones estadounidenses “sí han tenido efecto del punto de vista financiero, porque han obligado a el expresidente Cartes a reacomodar sus negocios y eso ha generado una merma en la disponibilidad de recursos” para la campaña electoral, una campaña “que no se ha caracterizado precisamente por una discusión en profundidad”, apunta Zovatto.
Porque, a juicio del director regional de IDEA, el opositor Efraín Alegre, “con un fuerte discurso antimafia y anticorrupción”, se ha centrado en que llegó el momento de la alternancia, mientras que el oficialista Santiago Peña ha hablado de “cambio dentro de la continuidad”.
Habrá que ver cómo queda integrado el Congreso para analizar las condiciones de gobernabilidad.
Las proyecciones para 2023 hablan de un 5,3 %, un ritmo necesario para afrontar desafíos la desaceleración de la inflación, la generación de empleo y la deuda social generada por la pobreza y la bajísima calidad de la salud y la educación, detalla Zovatto.
En materia de relaciones internacionales, este analista considera que las inversiones con China en el sector agrícola y ganadero pueden inclinar la balanza en favor de Pekín y que a medio plazo Paraguay -único país latinoamericano con vínculos diplomáticos Taipéi- acabe rompiendo relaciones con Taiwán.
La creciente influencia del gigante asiático también podría presionar a favor de destrabar y poner en marcha de una vez por todas el Acuerdo de Asociación Estratégica entre la Unión Europea y el Mercosur, negociado durante veinticinco años, “porque de lo contrario el retraso le sigue abriendo oportunidades muy importantes a China que actúa con mucha más celeridad”, explica Zovatto.