Un peluche que alienta una gran historia
Detrás del médico de juguete que salta a los conciertos de famosos hay un relato de inclusión en el céntrico estado mexicano de Puebla
Detrás de los famosos muñecos de peluche del personaje 'Dr. Simi', que fanáticos mexicanos han “entregado” en conciertos a artistas como Rosalía, Coldplay, Iron Maiden y Los Tigres del Norte, hay una historia de inclusión en el céntrico estado de Puebla, donde cerca de 400 personas con discapacidad los fabrican.
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Leer másLa historia comenzó en 2021, cuando una fanática de la cantautora noruega Aurora, en un festival de rock en Ciudad de México le lanzó uno de estos peluches con leyendas escritas en la bata del muñeco.
Luego llegó un segundo lanzamiento en Toronto dirigido a Lady Gaga, pero este “regalo” cobró más auge en México en los últimos meses con la cantante española Rosalía, quien en sus conciertos en el Auditorio Nacional recibió unos 20 muñecos. Otras bandas como Coldplay, The Strokes, The Killers, Franz Ferdinand y más recientemente los metaleros de Iron Maiden, también recibieron el peluche.
Los muñecos son arrojados desde la gradería al escenario y los músicos y artistas los han recibido con agrado, aunque otros los han rechazado y devuelto al público.
Para octubre se presentará la banda de rock alemana Rammstein en el Foro Sol de la Ciudad de México y sus fanáticos solicitaron a los asistentes que no arrojen al “médico de juguete”, debido a que estarán grabando un DVD, pero los mexicanos aseguran que el muñeco estará presente.
Nadie podría imaginar que este peculiar muñeco saliera de la farmacia a la fama, debido a que es la imagen de una farmacéutica de medicamentos genéricos o no patentes con sucursales en todo México.
Este personaje es gordito, vestido de doctor, de grandes ojos, poco cabello y gran bigote, y su figura al paso de los años se ha hecho famosa por tener botargas que bailan afuera de cada sucursal a diferentes ritmos musicales, esto al parecer dio la idea de crear unas pequeñas réplicas de 30 centímetros vestido con diferentes atuendos para ofrecer a sus clientes.
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Leer másPero estos pequeños personajes no son una maquila más, ya que son creados por personas con discapacidad desde hace 17 años en el estado central mexicano de Puebla, en la empresa CINIA.
Esta empresa se dedica a fortalecer las actividades de las personas con capacidades diferentes y adentrarlos al mundo laboral: el 90 % de su planta la componen personas con discapacidad intelectual, motriz, auditiva o sensorial.
Estos peluches son creados de manera artesanal, debido a que llevan un proceso escalonado y en línea.
Todo comienza con el corte de las telas para los más de 25 diseños que existen, ya que puede estar vestido del tradicional doctor, o con vestimenta de indígena huichol, astronauta, mariachi, beisbolista, futbolista, vikingo, campesino, cineasta, estudiante, chef, entre otros modelos que han causado sensación.
Tras los cortes de tela, las tareas se distribuyen entre los trabajadores, unos cosen a máquina los zapatos, piernas y brazos y rostros.
Precisamente el rostro es la única parte que se trabaja con una bordadora, en tanto, otros trabajan las piezas necesarias para armar la vestimenta.
Ya cuando el muñeco queda “armado” pasa al área de relleno, donde con un material de reciclaje que da la apariencia de algodón comienzan a rellenar al muñeco.
Los trabajadores coincidieron en que el favorito de los clientes es el muñeco doctor que ellos elaboran y que de manera “clásica” está vestido con pantalón blanco, zapatos negros, bata de doctor y corbata azul.
Esta figura deja donativos para la empresa CINIA, ya que el 100% de todas las ganancias son destinadas para seguir apoyando a personas con discapacidad.
En labores de acabado en la cadena de producción
Carmen Méndez, trabajadora con discapacidad motriz, lleva 16 años laborando en la empresa y se siente orgullosa de ser una persona productiva que ayuda con los gastos de su casa. Utiliza máquina de coser para unir las piezas de los zapatos y en ocasiones las piezas que se unen para crear la bata de laboratorio. “Le doy gracias a Dios por las personas que han creído en mí, han confiado, ya tengo 16 años trabajando, me han tratado muy bien, me siento a gusto y muy contenta, puedo mantenerme y ayudar con los gastos en casa”. En tanto, Fernando Fernández, trabajador con discapacidad intelectual, cuenta que le toca trabajar las orejas, las caras y los zapatos del muñeco, es decir que “voltea” la pieza para que las costuras queden al interior y no se vean, y así pasar al área de detallado y al relleno.