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La prisión de Sednaya: Infame centro de torturas y detenciones masivas en Siria
Insurgentes de la coalición del Organismo de Liberación del Levante derrocaron a Al Asad, quien huyó a Moscú tras acuerdo con rebeldes.Agencia EFE

La prisión de Sednaya: Infame centro de torturas y detenciones masivas en Siria

Familias esperan a la intemperie noticias de sus seres queridos, desaparecidos durante las revueltas de 2011 contra Al Asad

Se llama Ahmed Mahmoud Hamada y está desaparecido desde 2011. Su hermana cuenta que él, su sobrino y otras once personas se desvanecieron en el camino a Damasco en aquél año. Ahora, espera frente a las puertas de la cárcel siria de Sednaya para ver si sus familiares son algunos de los detenidos supervivientes en la infame prisión.

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"En 2011, venía (Ahmed Mahmoud Hamada) aquí a Damasco desde Alepo para que trataran a su hijo. Desapareció junto a su hijo y otros once pasajeros. No supimos de él desde entonces. Hicimos todos los intentos, nos mentían. Nos dijeron que preguntaron en comisaría, los abogados...¡unos perros!", dice llorando la mujer, que pidió no ser identificada, sosteniendo la foto de su hermano.

Cientos de personas se han concentrado en la infame prisión situada a 30 kilómetros al norte de Damasco, que estaba gestionada por la Policía Militar y se hizo terriblemente famosa por el uso de tortura y fuerza excesiva tras un motín de detenidos en 2008, un lugar en el podrían estar recluidos entre 10.000 y 20.000 presos, de acuerdo con Amnistía Internacional (AI).

El clamor que se escucha afuera de la cárcel: "¡Maldito seas, Bachar!"

Ninguno de los entrevistados por la agencia EFE quiso identificarse, aunque sí se desahogaron al fin, después de 24 años de mano de hierro de Bachar al Asad, que se unen a otras tres décadas de su padre, Hafez, en territorio sirio.

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Los insurgentes de la coalición liderada por el Organismo de Liberación del Levante (heredera de la exfilial siria de Al Qaeda) derrocaron a Al Asad, que huyó a Moscú tras una salida pactada con los rebeldes.

En su camino de la ofensiva desde el noroeste hasta Damasco, fueron pasando por varias capitales provinciales donde fueron abriendo las puertas de las prisiones.

Pero la más significativa ha sido Sednaya, adonde ha llegado hoy la Defensa Civil Siria, los conocidos como cascos blancos, con cinco equipos especializados que están buscando, e incluso excavando con equipo pesado, para ver si hay más plantas subterráneas.

"Estoy aquí...porque puede que salga gente. Algunas celdas pudieron abrir, y sobre otras celdas subterráneas que no han podido abrir, no hay noticias. Esperamos que nos ayuden a sacar a la gente y los jóvenes vuelvan a sus familias. Si hay alguien abajo, realmente podría morir", afirma uno de los hombres que ha entrado a la prisión.

El jefe de los cascos blancos, Raed al Saleh, dijo en su cuenta oficial de X que estaban "trabajando con toda" su energía para "alcanzar una nueva esperanza". Pero advierte: "Debemos estar preparados para lo peor".

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"Llevo 13 años buscándolo y uno murió. Maldito seas, Bachar. ¿Dónde debo ir a buscar a mis hijos?", afirmó uno de los hombres que ya sabe que uno de sus hijos falleció en Sednaya. Del otro no sabe nada.

Prisioneros desorientados

Muchas familias llevan dos días a la intemperie esperando saber alguna noticias de sus familiares. La gran mayoría de ellos desaparecieron durante las revueltas populares de 2011 contra Al Asad, en el marco de la llamada 'Primavera Árabe', que fueron duramente reprimidas.

Numerosos vídeos han ido surgiendo en las redes, además de otros publicados por los insurgentes, en los que se ven a los prisioneros salir de las celdas, algunos de ellos muy desorientados y otros con claros signos de tortura.

Por lo general, los detenidos eran trasladados a esta prisión tras pasar meses o incluso años detenidos en otros lugares. Estos traslados se producen a menudo tras un juicio flagrantemente injusto en un tribunal militar secreto. Otros llegaban a la prisión sin haber visto a un juez y sin conocer los supuestos cargos que se les imputaban ni cuánto tiempo, según AI.

Lamento y rabia en Siria 

"Bachar al Asad, mentiroso, hipócrita. Mató y masacró a la gente, les hizo pasar hambre. Una persona terrorista, el terrorismo se creó en sus manos, que maldita sea su honra. Nuestros hijos están dentro, qué culpa tienen", señala un hombre mayor, que asevera que a Al Asad le hace falta que le juzgue un tribunal internacional.

"Los que están detenidos de hace 12 o 13 años. ¿dónde están? ¿Nadie puede rendir cuentas? ¿Dónde están nuestros hijos y familias? Toda está gente tiene a familiares presos", dice señalando a la multitud esperando. "Nos masacró", afirma.

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