Rusia golpea el norte de Ucrania, pese a las promesas tras los diálogos
Putin advierte que Crimea y Donbás son intocables en negociaciones. La guerra está provocando hambre en todo el mundo.
Rusia intensificó ayer su ofensiva en el Donbás, pero continuó los bombardeos en Chernígov y la región de Kiev, pese a haber anunciado un día antes ‘una reducción radical’ de la actividad militar en el norte ucraniano.
La defensora de los Derechos Humanos ucrania, Liudmila Denisova, denunció que el edificio del Comité Internacional de la Cruz Roja ha sido atacado.
Ucrania y Occidente dudan del repliegue ruso
Leer másEl Estado Mayor General de las Fuerzas Armadas de Ucrania afirma que las tropas rusas continúan retirándose de los territorios de las regiones de Kiev y Chernígov, pero consideró que Rusia solo “ha renunciado temporalmente al objetivo de bloquear” la capital ante “las importantes pérdidas” que ha sufrido. Indicó que Rusia “está acumulando fuerzas en la zona de exclusión de la planta nuclear de Chernóbil”.
El portavoz del Ministerio de Defensa de Rusia, Igor Konashénkov, precisó que Moscú lleva a cabo una “reagrupación programada” de las tropas rusas en ambas regiones para poder centrarse en la “liberación del Donbás”.
“Durante la primera etapa de la operación militar especial se planeaba obligar al enemigo a concentrar sus fuerzas, recursos y equipos en la defensa de grandes ciudades”, incluida la capital, para “maniatarlos en el campo de batalla” y “no permitirle usar esas fuerzas en el principal objetivo ruso, el Donbás”, señaló.
Su homólogo en Ucrania, Oleksandr Motuzyanyk, afirmó que efectivamente se ha producido una “retirada parcial de unidades del enemigo” en los alrededores de Kiev, pero “no podemos hablar aún de un repliegue a gran escala”, matizó.
El Pentágono descartó que se trate de “una retirada real”, mientras que el Ministerio de Defensa del Reino Unido consideró que las tropas rusas han regresado a Bielorrusia y Rusia “para reorganizarse y reabastecerse”. Pese al anuncio ruso, las sirenas antiaéreas no han dejado de sonar en Kiev y Chernígov, ciudad esta última que amenaza con convertirse en una segunda Mariupol por la dureza del asedio sufrido. En la región de Kiev cayeron más de 30 misiles y bombas sobre urbanizaciones e infraestructuras sociales.
El negociador jefe ruso, Vladímir Medinski, advirtió a Ucrania de que el estatus tanto de la anexionada península de Crimea como de las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk, cuya independencia fue reconocida por el Kremlin, son intocables para Rusia.
Los ucranianos que han huido de su país a causa de la guerra, en su mayoría mujeres, niños y personas mayores, superaron ayer la barrera de los cuatro millones, según la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR).
La guerra en Ucrania está provocando “una ola de hambre colateral en otras partes del mundo”, alertó ayer el Programa Mundial de Alimentos (PMA) de Naciones Unidas, que proporciona ayuda alimentaria de emergencia a un millón de personas en varias zonas de ese país.
El alza de los precios mundiales de los alimentos por la guerra “afectará a los precios locales de los alimentos y limitará aún más el acceso a los mismos para millones de personas que están bajo presión debido a la inflación alimentaria en sus países”, dijo el PMA en un comunicado.
El presidente estadounidense, Joe Biden, dijo ayer a su homólogo ucraniano, Volodímir Zelenski, que Estados Unidos dará 500 millones de dólares más en ayuda a Ucrania. La Casa Blanca no aclaró si ese dinero tendrá fines humanitarios o llegará en forma de ayuda militar. Ambos gobernantes conversaron sobre la situación en el campo de batalla y las negociaciones entre Ucrania y Rusia.