La Ruta Natural, una forma de ver las bellezas de Argentina
Andrés Calla y Jimena Sánchez recorren las carreteras de este país
Andrés Calla supo lo que era ‘sentirse pleno’ a los 22 años. Con esa edad decidió armar una mochila, agarrar su cámara de fotos y recorrer las provincias de Salta y Jujuy, en el norte argentino, sin sospechar que esa travesía improvisada y solitaria cambiaría su vida para siempre.
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Leer más“Me gustaba el hecho de salir a caminar sin rumbo por los pueblos y empecé a conectar mucho con ese nene que, por curiosidad, se iba y asustaba a sus padres porque nadie sabía dónde estaba”, afirma sobre un viaje que se prolongó por Bolivia y culminó en las arenas del desierto de Atacama (Chile).
Esa no sería su última aventura, ni mucho menos. Tras meses de preparativos, Andrés Calla y Jimena Sánchez, su pareja, optaron por abandonar sus trabajos de publicistas y lanzarse a la carretera, convirtiendo una ‘pasión’ que solo podían disfrutar en vacaciones en todo un estilo de vida.
Tan importante fue su éxito que ambos forman parte del equipo de comunicación de la denominada Ruta Natural, un proyecto impulsado por el Ministerio de Turismo y Deportes de Argentina, que busca desarrollar el turismo de naturaleza de forma sostenible.
La ‘prueba de fuego’ para Calla y Sánchez, esa que demostraría si podían o no vivir de esto, ocurrió en 2013: un viaje de 5.000 kilómetros en bicicleta entre las ciudades de Ushuaia y La Quiaca siguiendo la mítica Ruta 40, arteria que conecta los confines australes del país con la frontera boliviana.
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Leer másDurante esos meses de pedaleos, reflexiones al costado de la carretera y pugnas con el viento patagónico, Calla y Sánchez descubrieron los matices y colores de un país, Argentina, que presenta un maridaje de paisajes único en el mundo, con bosques, montañas, desiertos y selvas que se pueden visitar en cualquier momento del año.
“En septiembre, vos podés estar en musculosa (camiseta de tirantes) en Misiones o con una campera de pluma esquiando en Ushuaia”, expone Calla, agregando que la escasa ‘intervención humana’ existente en Argentina, octavo país del mundo por extensión, pero con solo 46 millones de habitantes, facilita muchísimo el turismo de naturaleza.
Respecto a esos lugares emblemáticos que sí o sí hay que conocer, Calla cita el “triángulo de contrastes” formado por el glaciar Perito Moreno en el sur, las cataratas del Iguazú en el nordeste y el altiplano andino del noroeste.
Para experimentar una ‘conexión real’ con este entorno natural, Calla no puede más que recomendar los viajes en bicicleta, un instrumento que permite ‘potenciar’ los estímulos hasta el punto de convertir la travesía en una ‘experiencia sensorial’.