El Socialismo del Siglo XXI en jaque: Elecciones Argentina y Venezuela

Este domingo 22 de octubre de 2023 todos los ciudadanos de la región volcaron su atención a los resultados de los comicios en Argentina y Venezuela. Ambas se desarrollaron en un contexto de hartazgo político y profundas crisis económicas, convirtiéndose en la antesala política de posibles relevos al Socialismo del Siglo XXI, cuyo espacio social parece disminuir en favor de una alternancia de corte liberal e incluso libertario.

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Los argentinos acudieron a las urnas para dar su apoyo a uno de los cinco candidatos a la presidencia, donde finalmente quedaron como finalistas Sergio Massa con el 36,7% y Javier Milei con el 30%. El balotaje será muy interesante ya que Milei podría consagrarse como el primer presidente anarcocapitalista del mundo. De suceder, pondría punto final a una de las piezas claves de la estructura regional del Socialismo del Siglo XXI. El economista Javier Milei ha prometido que evidenciaría todas las falencias de las administraciones del Kirchnerismo e incluso judicializaría todos los casos de corrupción que hasta el momento están en la impunidad. Esto solo será posible si logra acaparar los votos de Patricia Bullrich, quién indirectamente estableció que no podría apoyar la candidatura de Sergio Massa, como cómplice del populismo que tanto daño le ha hecho a Argentina.

Los cierto es que Sergio Massa, actual ministro de economía, ganó contra todo pronóstico. Queda por determinar si, en la segunda vuelta, el próximo 19 de noviembre, ese 36% obtenido es el techo del Kirchnerismo o no. Aunque la coalición Juntos por el Cambio está dividida sobre a quién apoyar, no está claro que los argentinos vayan a seguir instrucciones de partido. Más de un 53% de ellos decidieron votar por dos candidatos abiertamente anti-kirchneristas, y si mantienen esa variable, Milei podría lograr una victoria holgada.

Por otra parte, los venezolanos celebraron, después de once años, elecciones primarias en las que entre los diez candidatos de la oposición se impuso María Corina Machado con el 93%. De acuerdo al régimen de Nicolás Maduro, en el segundo semestre de 2024 deberían celebrarse elecciones y María Corina Machado aspira ahora a ser su contrincante. Cabe señalar que las primarias no contaron con el reconocimiento gubernamental, por lo que la oposición y la sociedad civil se vieron obligadas a gestionar autónomamente este ejercicio democrático tanto en Venezuela como en el exterior. Estas elecciones no tiene parangón porque en las manos de Machado recae la responsabilidad de convertirse en una alternativa para acabar con el régimen totalitario en el que Maduro se ha mantenido en el poder durante una década.

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“Hoy no es el final, pero es el principio del final”, fueron de las palabras más resonantes del discurso de Machado, pero debemos de estar expectantes ya que su participación en una contienda electoral supone grandes amenazas para el régimen, que por supuesto no quiere renunciar al poder. Los chavistas ya tienen un as bajo la manga que es la inventada inhabilitación política que imponen sobre todo actor político de la oposición que supone un riesgo para su

supervivencia. De esta manera, se asegurarían de que Machado no pueda participar en procesos electorales por los próximos quince años. La oposición está decidida a no descansar, ojalá esta coalición llegue lejos.

La paradoja de la polarización social parece que finalmente está perdiendo fuerza en la región y sus ciudadanos empiezan a reconocer que la falta de consensos y las permanentes pugnas entre clases sociales no han generado resultados positivos para el desarrollo de los países y es así como quizá la filosofía del Socialismo del Siglo XXI, al igual que sus partidarios, se empiece a desmoronar. Ecuador es el primer ejemplo de ello, habrá que esperar a ver si se produce un efecto multiplicador de esta tendencia, que al momento solo la mantienen Paraguay y Uruguay.

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