Titán: La empresa dueña del sumergible dice que no hay supervivientes
Las certezas del viaje solo eran: "No hay refuerzos, no hay vía de escape, es llegar a la superficie o morir"
La empresa dueña del sumergible Titán en el que viajaban cinco personas y que desapareció hace cuatro días informó este jueves 22 de junio que, según los datos de que dispone, los tripulantes no han sobrevivido.
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Leer másA través de un comunicado distribuido a medios, la compañía informó: "Ahora creemos que nuestro CEO Stockton Rush, Shahzada Dawood y su hijo Suleman Dawood, Hamish Harding y Paul-Henri Nargeolet, lamentablemente se han perdido".
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Subir a bordo de esta nave implicaba aceptar ciertas incomodidades a lo largo de las aproximadamente diez horas que debería haber durado el viaje.
El tamaño del interior del sumergible de la empresa OceanGate se parecía al de una "minifurgoneta", contó en su pódcast Mike Reiss, un escritor y productor que trabajó en "Los Simpsons" y emprendió este mismo viaje el año pasado.
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En cada inmersión, los cinco tripulantes -el piloto y los cuatro pasajeros- eran obligados a descalzarse y sentarse con las piernas cruzadas en el mismo suelo, ya que no hay asientos, para caber en el cilindro de 670 centímetros de largo.
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Leer másDentro de la nave solo había una ventanilla para poder ver el exterior "por turnos", explicó a la radio pública estadounidense NPR el periodista del canal CBS David Pogue, quien también fue pasajero del Titán en noviembre.
Aún así, también se podía ver lo que hay alrededor a través de unas pantallas que conectan con cámaras en la superficie del aparato.
Asimismo, el Titán contaba con una cortinilla negra que separaba la letrina del espacio donde se sentaban los tripulantes.
Reiss recuerda que antes del viaje -que puede costar hasta 250.000 dólares- los pasajeros tienen que firmar un "largo documento de renuncia que menciona la posibilidad de muerte tres veces en la primera página".
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Leer másReiss también describió la travesía como "un coche que conduces borracho por el océano".
Sin radio y sin GPS, los tripulantes contaba con 96 horas de oxígeno.
Por si fuera poco, si el sumergible permanecía mucho tiempo en el fondo del mar, los tripulantes se enfrentan a temperaturas muy bajas con un frío apenas superior al punto de congelación y con posibilidad de desarrollar hipotermia.
En el viaje solo había una seguridad: "No hay refuerzos, no hay vía de escape, es llegar a la superficie o morir."