Una universidad, apuesta de Petro para la paz total
El Gobierno de Colombia busca atender una región olvidada. En el Catatumbo tienen sus feudos los grupos armados ilegales
Bryan siempre quiso estudiar medicina para “ayudar a los que necesitan”, pero nació en la olvidada y golpeada región colombiana del Catatumbo, donde escasea la educación superior y la falta de oportunidades condena a los jóvenes a dejar sus estudios y trabajar “en lo que salga”, especialmente “raspar” coca.
Hay gran expectativa por la reapertura de la frontera colombo-venezolana
Leer másAlexandra tampoco duda: quiere estudiar ingeniería de sistemas ahora que terminó el bachillerato, cuenta mientras ayuda en una olla comunal en El Tarra, municipio del departamento de Norte de Santander. “Tengo un hijo, y eso es lo que más me motiva a salir adelante”, explica, consciente como Bryan de que acceder a la universidad es algo titánico para ellos.
Pero ambos se muestran esperanzados por la promesa del presidente Gustavo Petro: la Universidad del Catatumbo, una Universidad de la Paz para una zona en la que desde hace décadas no se conoce más que el conflicto armado y la coca como sustento económico.
El Tarra fue escogido para construir la primera sede de esta universidad sobre la que todavía hay más dudas que certezas, pero en la que tanto la administración nacional como la local han puesto la prioridad para que Colombia deje de ver al Catatumbo como el principal almacén de coca.
Tras su llegada al poder y en uno de sus primeros viajes como presidente, Petro aseguró, en medio de un baño de masas, que “es posible un Catatumbo más grande, más poderoso, si del lado del Gobierno somos capaces de producir, de aumentar la productividad de la región, de traer la universidad pública a este municipio”.
Los jóvenes del Catatumbo se ven obligados a sumergirse, de una forma u otra, en la economía ilegal que se ha convertido en el sustento de la región: la coca ha permitido un desarrollo que el Estado nunca llevó y da trabajo a quienes no encuentran más oportunidades.
Petro “es el primer presidente que se atreve a tocar las tierras del Catatumbo, ya que los presidentes pasados solo decían que ‘los del Catatumbo son guerrilleros’”, lamenta Alexandra.
Esta zona es conocida por la alta presencia de grupos armados ilegales, tanto disidencias de las FARC como la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y paramilitares, que se disputan el control de la coca. De hecho, el Catatumbo es una de las regiones prioritarias del Gobierno de Petro para impulsar su política de “paz total”, que no solo busca negociar el fin de la violencia con los grupos armados, sino que engloba estrategias para garantizar el desarrollo de los territorios más abandonados del país, especialmente en materia de educación y salud.
Cuenta regresiva para la reapertura de la frontera colombo-venezolana
Leer másEste es un proyecto “realmente para transformar territorio”, celebra el alcalde de El Tarra, Yair Díaz. Actualmente “no accede más del 1 %” de los jóvenes a la universidad más cercana, que es la de Ocaña, detalla.
El terreno para arrancar la construcción de la Universidad del Catatumbo ya está preparado para “atender las necesidades que tienen los jóvenes de la región: en el caso de El Tarra, tenemos más de 1.500 jóvenes que no han podido acceder a la universidad”. A esos se suman otros miles de municipios cercanos, incluidos los de la parte venezolana por la proximidad de la frontera.
1.300 vehículos cruzan el puente reabierto
Unos 1.361 vehículos, entre automóviles y motos, han circulado por el puente binacional Atanasio Girardot, también conocido como ‘Tienditas’, que comunica a Venezuela con Colombia, desde su inauguración ayer, informó este lunes 3 de enero de 2023 el ministro de Transporte de la nación caribeña, Ramón Velásquez.
El ministro compartió una fotografía en la que se observa una fila de vehículos que esperan su turno para transitar por alguna de las ocho taquillas de acceso del puente. Ambos países materializaron este domingo 1 de enero la apertura total de su frontera con la inauguración de este puente, que conecta el estado venezolano de Táchira con el departamento colombiano de Norte de Santander, lo que permitirá el paso de vehículos de todo tipo, algo que no ocurría desde 2015.
Las operaciones comerciales están supervisadas del lado venezolano, por 18 instituciones del Gobierno, que garantizan que los procedimientos se ajustan a la normativa de cada nación, según informó el gobernador de Táchira, Freddy Bernal.
Desde principios de diciembre, cuando se anunció la reapertura total de la frontera, Venezuela emprendió trabajos de remodelación y restauración, que empezaron con el retiro de los contenedores que dispuso como barrera hace casi cuatro años en medio de tensiones políticas con el entonces presidente colombiano, Iván Duque.
Las relaciones diplomáticas entre ambas naciones, rotas en febrero de 2019, fueron restablecidas en agosto del año pasado, y la reapertura comercial se concretó el 26 de septiembre.