Viaje al mundo de los espías
El International Spy Museum alberga la mayor colección de artefactos de espionaje internacional. Ahora reabre sus puertas en Washington
Los agentes secretos trabajan de incógnito y permanecen en el más absoluto anonimato, pero se les rinde homenaje en un complejo diseñado especialmente para recibir y asombrar al público, donde se desvelan algunas de las peculiares actividades, herramientas y técnicas de una profesión rodeada de una aura de aventura y envuelta en el misterio.
Es el Museo Internacional del Espía (ISM, por sus siglas en inglés) de Washington DC que se mudó a un nuevo edificio futurista diseñado por el arquitecto Rogers Stirk Harbour + Partners (www.rsh-p.com) y ofrece el doble de espacio para nuevas colecciones y exhibiciones dedicadas al presente y el pasado del legendario oficio de Mata Hari, James Bond y Jason Bourne.
El edificio tiene 13.000 metros cuadrados y en él se revelan secretos de inteligencia que hicieron historia, se exploran temas de hoy como la ciberseguridad, la desinformación, la vigilancia y el terrorismo, y expone los testimonios de espías reales. También permite a los visitantes experimentar y probar en primera persona algunas técnicas de espionaje.
Además se puede participar en exhibiciones interactivas que cuentan curiosas historias y sumergirse en el atractivo mundo de la cultura pop de los espías, descubriendo que, a menudo, el trabajo de inteligencia en la vida real puede ser más extraño que el que se muestra en la ficción.
Las nuevas exhibiciones muestran los aspectos básicos del trabajo, la inteligencia y el espionaje, las variadas formas en que la tecnología lo está transformando, sus fallas y éxitos a lo largo de la historia que han dado forma a nuestro mundo, y presenta las fascinantes historias de coraje, riesgo y traición de algunos espías.
Además, las galerías arrojan luz sobre los roles de los profesionales del sector, desde los fabricantes de dispositivos, recolectores de inteligencia, descifradores de códigos y científicos, hasta los analistas que tienen que dar sentido de la información entrante, ayudando a los líderes a tomar decisiones que a veces pueden significar la vida o la muerte.
Los visitantes pueden asumir una identidad de cobertura como espías, probar sus habilidades de fisgones, participar en un ejercicio de análisis que utilizó la CIA para encontrar a Osama bin Laden o descubrir las trampas mentales o prejuicios que afectan las labores de inteligencia, mediante experiencias interactivas que involucran la identificación por radiofrecuencia (RFID).
Una de las grandes atracciones es una exposición que hace retroceder en el tiempo a los visitantes hasta Berlín Oriental y exhibe secciones originales del Muro de Berlín e incluye réplicas de una oficina de la Stasi (órgano de la inteligencia comunista), una habitación de hotel en Alemania del Este amueblada con artefactos originales y una sala de interrogatorios. Además se presentan una sección real de un túnel fabricado en Berlín que se usó en una misión conjunta de la CIA estadounidense y el MI6 británico en la década de 1950.
“Solo tres meses después de abrir nuestras nuevas instalaciones en L’Enfant Plaza en mayo de 2019, el Museo del Espía alcanzó un gran hito cuando entró por sus puertas el visitante número 250.000”, anuncia Amanda Abrell, vicepresidenta de Marketing y Comunicaciones del ISM, en Washington DC.
El nuevo ISM es un complejo de edificios comerciales y gubernamentales con parada de metro, y cercano a otros puntos de gran turístico y cultural, por lo que puede ser una buena opción para quienes visiten la capital de Estados Unidos.
MÁS DE 7.000 JOYAS DE COLECCIÓN
El ISM (www.spymuseum.org/) alberga la exhibición pública más grande del mundo de dispositivos y herramientas de espionaje auténticos con más de 7.000 artefactos únicos, desde una máscara de látex de rostro completo, el hacha de escalada en hielo utilizada para asesinar a Leon Trotsky, o una canoa sumergible motorizada denominada ‘La bella durmiente’.
También destacan en la muestra un robot volador del KGB soviético (insectothopter) con apariencia de libélula, un gran prototipo de dron de ataque jamás construido (amber drone), una aguja con veneno escondida en un dólar de plata (suicide needle) para quitarse la vida antes de caer en manos del enemigo y restos de un avión espía U2 derribado por la Unión Soviética en 1960. Otras joyas históricas son las planchas de impresión para falsificar billetes británicos de 10 libras utilizadas durante la Segunda Guerra Mundial por la Alemania nazi, en la llamada Operación Bernhard.