La vida en tiempos del coronavirus
Italia decreta mantener un metro de distancia. España recomiendan retirar el agua bendita y sustituir el darse la paz. Todo para evitar el contagio.
Si en algún momento las cifras relacionadas con el contagio en China -ahí surgió a fines de diciembre el coronavirus-, asustaban, en estos días la alarma se relaciona con la forma en la que enfermedad se abrió espacio en todos los continentes y abarca un mapa de 91 países. Hasta hoy, el balance es de 100.002 personas contagiadas y 3.406 han muerto. El alza, con 2.492 nuevos casos reportados en las últimas 24 horas, se concentra en particular en Irán, con 1.234 nuevos contagios. Mientras que en China, el registro es de 80.552 casos y 3.042 fallecidos.
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Es frente a ese panorama que las mascarillas se han vuelto utensilios de moda universal y los gel antibacterial un elemento esencial en la reacción de las personas de cualquier país para intentar frenar un posible contagio. A esto se suman las recomendaciones y medidas de todo tipo que han terminado por desencantar las espontaneidad humana en los espacios públicos.
Nuevos tipos de saludos
Recorren las redes sociales. Un video que se hizo viral muestra a tres hombres, dos de los cuales llevan una mascarilla y tienen las manos en las bolsillos, cuando se saludan alegremente tocándose unos a otros los pies: el 'footshake'. En Pekín letreros rojos piden a la gente no intercambiar apretones de manos sino a unir las propias en señal de saludo. Por altavoces, se recomiendan hacer el gesto tradicional 'gong shou', palma en el puño, para decir hola. El ministro de Salud del estado de Nueva Gales del Sur, Brad Hazzard, invitó a los australianos a "darse palmaditas en la espalda en lugar de darse la mano".
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Leer másIglesias sin agua bendita
Hoy viernes la Iglesia española recomendó quitar el agua bendita de los templos y sustituir el gesto de dar la paz por una inclinación del cuerpo para prevenir el contagio con el coronavirus, pero descartó el cierre de las parroquias. Antes ya había pedido que se evite besar o tocar con las manos las imágenes religiosas de los templos, gestos y costumbres muy tradicionales en el actual período de cuaresma. La reina Sofía visitó hoy esta imagen y cumplió el precepto de no besar los pies ni tocarla. La Conferencia Episcopal Española también pidió a los sacerdotes que se laven las manos antes y después de ofrecer la comunión, pero descartó el cierre de iglesias y templos.
En Irán el rezo musulmán del viernes se cancelò hoy hasta nuevo aviso en todo el país, debido a la epidemia que ha causado hasta ahora la muerte de 124 de los 4.747 contagiados. El número de nuevos contagios (1.234) en las últimas 24 horas duplica al de la víspera, un dato que el Ministerio de Salud achaca a la existencia de mas laboratorios capaces de diagnosticar la enfermedad.
Un poquito distantes, es mejor
Este miércoles, el Gobierno de Italia determinó por decreto mantener por lo menos un metro de distancia en los espacios públicos. Todo con el fin de atenuar la posible propagación del coronavirus. Algo que en China es muy drástico. Amigos sentados en un restaurante a metros de distancia, espacios en los taxis separados por grandes plásticos, vecinos que regresan y se encierran en cuarentena en su apartamento. Medidas incluso, estos días en los que bajan los nuevos casos, se han acentuado, paradójicamente, como la que obligó hace una semana a los contados bares y restaurantes abiertos en Pekín a sentar un máximo de tres personas por mesa y solo poder habilitar una de cada dos.
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Leer másLa bendita temperatura
El control de temperatura en China es obligatorio para cada cliente (pues la fiebre es uno de los primeros síntomas) de restaurantes y cafeterías, que al comienzo de la epidemia se tomaba dentro del local, debe hacerse ahora en el exterior y cada uno tiene que apuntar en una lista su nombre y su número de teléfono. Tener una temperatura normal, resulta en los aeropuertos de gran parte del planeta tan insustituible como el pasaporte.
Cualquier precaución no está de más
"Este automóvil ha sido desinfectado. Por favor, siéntese sin preocupación. Aislamiento con amor. Me alegro de servirle con la temperatura corporal normal, ¡vamos Pekín!". Un cartel con esas palabras salpicadas de coloridos corazones y muñequitos con mascarillas recibe a quien coge estos días un 'Didi' (el Uber chino) en la capital del país. El letrero está adherido a un gran telón de plástico transparente que separa por completo los asientos delanteros y traseros del vehículo. Se trata también de una medida que se generalizó dos semanas atrás, cuando la epidemia comenzó a remitir. El conductor lleva siempre mascarilla, al igual que los clientes, pero aún así parece hacerse necesario ese plástico quirúrgico, que confiere una especial sensación claustrofóbica al habitáculo. También es reciente la división -a través de una cruceta de cinta aislante en el suelo- del ya reducido espacio de los ascensores en cuatro minúsculos cuadrados, donde se supone que cada pasajero debe colocarse. Los botones de los pisos en los ascensores están cubiertos también de plástico transparente y en muchas viviendas hay cajas de pañuelos desechables colgadas junto a las puertas para no tener que abrirlas con la mano desnuda.