Museo realza la vida de las religiosas que se formaron de un claustro
El primer monasterio en Cuenca para las Madres Conceptas ha reabierto con el aporte de la Universidad de Cuenca
Es el espacio que guarda la historia y costumbres de la vida de la Madres Conceptas que vivieron en el primer monasterio que tuvo Cuenca en 1729, convertido en museo desde 1986, joya museográfica e icónica de la capital azuaya. La edificación situada en las calles Hermano Miguel entre Juan Jaramillo y Presidente Córdova, dispone de 24 salas expositivas que como el “Ave Fénix” resurgió reabriendo sus puertas luego de cerca de cuatro años de haber permanecido cerrado por falta de dinero para el mantenimiento.
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Es el sitio donde buenasmozas cuencanas hace 294 años se formaron como religiosas en medio de quehaceres de su proceso propio, oración y encierro, entre la siembra y cosecha de alimentos producidos en el huerto situado en la parte baja del edificio.
La cosecha fue también en lo artístico, artesanal, gastronómico, que para para sobrevivir pusieron a consideración de la población y la ciudadanía.
Esa vida entre la oración, la castidad, religiosidad, fe y producción manual compuesta en una colección de obras de las dotes que las religiosas; 64 cuadros y cerca de 250 esculturas de carácter religioso y costumbrista, además de juguetería, pesebres, mobiliario y artesanías, se percibe dentro las paredes de adobe y bahareque cubiertas de tejas coloniales. La arquitectura combina lo popular, neoclásico y barroco.
Todo ello, pero con una nueva propuesta museográfica y el apoyo de la Universidad de Cuenca, el Museo de las Madres Conceptas, está reabierto al público.
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Para eso se creó la exposición Ora et labora (reza y trabaja), con la que el público tendrá la oportunidad de acercarse a una serie de piezas irrepetibles, poniendo en valor el trabajo de las mujeres dentro del monasterio que tenía incidencia fuera, en la ciudad., contó Macarena Montes, encargada de la museografía.
La exposición arranca con la exhibición de un cuadro de 1751 que fue firmado por Sor María de la Merced. La pintura, que tiene como protagonista la Virgen de la Merced, es la primera firmada por una mujer en la Real Audiencia de Quito.
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En los alrededores de los dos jardines que tiene el museo, reposan los bordados que hacían las religiosas, las urnas que adoraban, y los espacios en donde trabajan y hacían los dulces de Corpus Christi, los panes y las hostias, como parte de consecución de recursos para la sobrevivencia de las monjas.
El espacio se comparte con muebles, joyas y cristalería, que estuvo casi siempre oculta el mundo externo.
Están ahí los tres primeros Cristos elaborados por el artista Gaspar Sangurima, y comulga espacio con la recreación de la vida diaria de la monjas, como las celdas donde dormían, la cocina, las ollas grandes y los productos que utilizaban del huerto.
En el patio central existe una diversidad de matas como chamburo, chirimoya, entre otras variedades. Existen expuestas también muchas muñecas elaboradas en celuloide, vajillas, venados y vacas, entre otras figuras elaboradas en la época de la colonia.
UNA REAPERTURA MUY ESPERADA
El museo estuvo cerrado por viarios años y reabrió sus puertas y frecuencias expositivas, con el aporte de la Universidad de Cuenca que, a través de la Dirección de Vinculación comprometió la intervención requerida en diversos ámbitos, con la participación de varias de sus facultades y la realización de las prácticas preprofesionales de los y las estudiantes, señala Mónica Muñoz, directora del museo.
Está ubicado junto al Monasterio de la Congregación de las Madres Conceptas, su edificación fue construida entre 1682 y 1729 con el fin de aportar al desarrollo cultural de la ciudad.
