Nadie con el perfil de altavoz y bombero al ocaso del Gobierno de Lenín Moreno
La salida de la exministra María Paula Romo dejó ese vacío. Expertos no ven un rostro que asuma ese rol dentro del gabinete. La evidencia: La Ley para Defensa de la Dolarización
Sin voz. El Gobierno Nacional ha perdido ese rostro que afronte. Que encare. Que confronte cuando las circunstancias lo ameriten. No lo tiene. El lógicamente llamado a hacerlo es el presidente Lenín Moreno, pero su perfil ha colocado en esa ingrata labor, durante estos casi cuatro años de Gobierno, a otras personas con las que ya no cuenta en su gabinete: el exsecretario Eduardo Mangas, la exministra María Paula Romo, el exvicepresidente Otto Sonnenholzner o el exsecretario Juan Sebastián Roldán.
En otras palabras: no hay voz cantante. Tan así, concluye el analista y consultor político, César Luis Barthelotti, que el Ministerio de Gobierno, también encargado de la gestión política, destina su esfuerzo a la crisis carcelaria y a desvelar el crimen de Efraín Ruales, que a tratar de evitar que el Consejo de Administración Legislativa (CAL) devuelva con viento fresco la Ley de Defensa de la Dolarización por tercera vez consecutiva. “Algo que habría hecho (María Paula) Romo”, recalca.
El Gobierno no ha tenido una línea clara de comunicación desde el inicio. Eso ha hecho que rostros individuales ejerzan la representación mediática, la más connotada, la exministra Romo.
Y es que el perfil del actual ministro Patricio Pazmiño, llamado a asumir ese rol, no es político lo que de entrada evidencia que ese aspecto no está entre las prioridades del jefe de Estado en la recta final de su mandato.
¿Y la vicepresidenta María Alejandra Muñoz? Barthelotti no la ve en el panorama. Cree que la funcionaria, empeñada en la lucha contra la desnutrición crónica infantil, tomará relevancia sí y solamente si la salud del presidente Moreno llegara a deteriorarse de tal manera que lo obligue a entregarle el poder hasta el final del periodo. “Y en consecuencia ella lidere una transición tibiamente e incluso sea quien entregue el poder el 24 de mayo próximo”.
A decir del analista y consultor político, Jorge León, una clara falta de liderazgo de parte del primer mandatario es el motivo de esta carencia de voz fuerte en el Gobierno que siempre debió llevarla él (con su propia marca y no al estilo de Rafael Correa). “Y en los casos en los que ha tocado enfrentar o salir a la luz pública siempre han sido más un desacierto que un acierto”.
En lo que queda de tiempo no creo que a la vicepresidenta le alcance porque ha estado haciendo un trabajo mucho más light. No se quiere quemar en un gobierno desgastado.
El constitucionalista Ismael Quintana no ve que al presidente Moreno le interese en el ocaso de su gestión delegar a una persona de su gabinete para que haga de parlante y de bombero del Gobierno. Los traspiés de la Ley de Defensa de la Dolarización es clara evidencia de aquello, aunque Moreno dijo que ha delegado al ministro (no dijo quién) para que se reúna con los miembros del CAL y llegar a un acuerdo.
Probablemente el presidente ve ahora que no es lo más aconsejable tener un emisario entre Ejecutivo y Legislativo, sino que intenta él mismo tomar la posta algo bastante tarde.
Pero no solo se le viene eso. Podrá el Gobierno encarar la marcha de alcaldes del próximo martes. O apagar el inminente incendio cuando se desvele por orden judicial la lista de vacunados contra la COVID-19. ¿Habrá respuesta o silencio?