Operativos. En los últimos meses la Policía y Fuerzas Armadas incrementaron la captura de droga guardada en caletas y el decomiso de precursores químicos para la refinación del alcaloide.

El narcotrafico engancha a Ecuador a su red global

Inteligencia. Para combatir el fenómeno de la violencia en la frontera se necesita mucha inteligencia que el Ecuador no tiene, dijo el catedrático y experto en seguridad Fernando Carrión.

Ecuador en este momento es una plataforma internacional del delito. La aseveración proviene del experto en seguridad Fernando Carrión, quien compareció el viernes a la Comisión de Relaciones Internacionales de la Asamblea Nacional.

Él fue a dar luces a los legisladores sobre lo que ocurre en el país tras la proliferación de hechos violentos, especialmente en San Lorenzo, Esmeraldas, frontera con Colombia.

Desde enero en parroquias y comunidades como Borbón, El Pan, Mataje, La Cadena, Viche en Quinindé y el propio cantón San Lorenzo, se ha registrado casi una decena de atentados terroristas que provocaron la destrucción de un cuartel policial, el asesinato de cinco infantes de Marina, el secuestro y posterior asesinato de tres miembros del equipo periodístico de El Comercio y el secuestro de una pareja.

Los actos delincuenciales han sido atribuidos al frente Oliver Sinisterra, liderado por Walter Arizala, alias Guacho. Y fue el asesinato de Javier Ortega, Paúl Rivas y Efraín Segarra el que despertó la preocupación. Sus familiares contaron en la Comisión la odisea que vivieron con ese incidente.

Exigieron la fiscalización de las autoridades que estuvieron a cargo del caso. Paúl Rivas y Yadira Aguagallo sienten que no se hizo lo suficiente para recuperarlos con vida y ahora tampoco se hace nada para el retorno de sus cuerpos.

En la Comisión, Carrión desmitificó el imaginario de isla de paz, como se conocía a Ecuador en la década de los 80. Justificó que esa denominación provino de lo que experimentaban los vecinos Perú y Colombia con sus guerrillas de Sendero Luminoso, MRTA, las FARC, ELN, ejército revolucionario del pueblo, respectivamente.

Ecuador en esos años no se dejó contaminar por lo que ocurría en sus fronteras de los dos países. Sin embargo, el fenómeno de la droga terminó alcanzando al país. Hay muchos factores que nos llevaron a ello, no solo internos sino consecuencias de las realidades de Colombia y Estados Unidos.

El narcotráfico, como economía ilegal, tiene una gran fuerza y genera una violencia conexa, no reconoce fronteras, incluso las fronteras le benefician.

Carrión recordó antecedentes registrados a partir de 1998, que Ecuador sufre una transformación con la firma de paz con Perú y se deja de lado el tema del ‘enemigo externo’.

También se implementa la dolarización y eso vuelve al Ecuador en una economía atractiva y un territorio interesante para el lavado de dinero.

Carrión calcula que unos 4.000 millones se estarían lavando en Ecuador. En ese escenario renacen los problemas internos y se impulsan otros temas para los debates, como autonomía y descentralización.

Se deja el tema limítrofe por el fronterizo. Carrión insiste en que la frontera no es una línea, es una región en la que se articula el un lado con el otro. Pero en el Ecuador ni la sociedad ni Fuerzas Armadas actualizaron su doctrina y la logística a las nuevas condiciones consecuencia de las nuevas amenazas.

Tan contaminado está el Ecuador en el tema del narcotráfico que se ha convertido en productor de cocaína, dice.

Lo demuestran las capturas de laboratorios. En 2011 se ubicaban en cuatro zonas.

Una de ellas es Esmeraldas, la más conflictiva porque por ahí salen sumergibles y semisumergibles que llevan entre cuatro y seis toneladas de coca a Centroamérica, México y Estados Unidos por San Lorenzo y Tumaco, destaca el analista.

A esos puntos se suma otro que simula una ‘oreja’ y que se ubica entre Manabí y Guayas por los puertos de Manta y de Guayaquil.

Esos sitios afrontan un problema grande: no disponen de tecnología para poder discriminar el tipo de materiales que podrían estar saliendo del país en los contenedores, asevera el analista.

El experto Ricardo Camacho señaló que por los puertos de Guayaquil saldrían alrededor del 70 % de la droga que pasa por Ecuador. En una cuarta zona para el tráfico se utiliza una parte de la Amazonía por donde sale droga hacia Brasil, que es el segundo consumidor de cocaína y el primero de crack.

Los atentados terroristas ocurridos en 2001 en EE. UU. obligaron a ese país a un cambio en su política exterior con el cierre de la entrada de narcóticos por Florida en vías marítimas y fluvial.

Eso volvió los ojos a la vía terrestre. Lo que hay ahora es una ‘red global del crimen’ formada a partir de 2008. Los carteles empiezan a funcionar como holdings, ya no con la lógica del crimen organizado internacional. En esa red se unen organizaciones criminales que se articulan por tercerización y franquicia.

Los 12 grupos que estarían funcionando en Ecuador se organizan a través de la tercerización. Lo que buscan, en el caso del cartel de Sinaloa y el de Jalisco Nueva Generación, es que Guacho, por ejemplo, produzca tal cantidad de hoja de coca o de cocaína o que pase la cocaína de Colombia a Ecuador o que suba la droga a los sumergibles. Y cada fase la manejan esos 12 grupos. “Si no se corta eso, seguiremos en la misma situación y seguirán ocurriendo este tipo de cosas”, destaca el experto.

Indica que el temerario cartel mexicano de Sinaloa opera en el Pacífico y es fuerte en México y EE. UU., está presente en 51 países con inversiones en 3.700 empresas.

Casi un 20 % de la droga se queda para consumo

De la droga decomisada en el Ecuador, 112 toneladas en el año 2016 que fue el de mayor interdicción, casi un 20 % se quedó para el mercado interno.

Una de las consecuencias del fenómeno del narcotráfico en el país fue que el índice de muertes violentas en las zonas de frontera se incrementó.

El experto y analista en seguridad Fernando Carrión citó por ejemplo que la frontera de Ecuador con Colombia tiene una tasa de homicidios de 36 por cada 100.000 habitantes. La frontera de Colombia con Ecuador, en cambio, tiene 25. “Esto quiere decir que probablemente se están pasando a territorio ecuatoriano para cometer hechos que no se cometen en el lado colombiano”, dice.

Carrión cree que eso puede ser porque nuestra estructura institucional es débil.

Para superar esa realidad, el Gobierno ecuatoriano intentará tener una mayor presencia en la zona de frontera, especialmente la de San Lorenzo, en Esmeraldas.

El nuevo ministro de Defensa, Oswaldo Jarrín, recorrió la semana anterior Mataje y otras zonas afectadas por la violencia en Esmeraldas.

Además de una reorganización de los grupos militares asignados a la zona, Jarrín señaló que habrá una presencia de ministerios como el de la Vivienda para realizar tareas de reconstrucción.

El Ministerio de Defensa será el que coordine el área de seguridad integrado además por el Ministerio del Interior, Inteligencia, la Secretaría de Riesgos. Anteriormente a cargo de esa área estuvo el exministro del Interior César Navas.