La Navidad desde la cosmovision indigena
Para las comunidades indígenas el verdadero festejo por Navidad es el 21 de diciembre, en que se celebra el Capac Raymi. Si bien ellos reconocen el nacimiento de Jesús el día 25, al igual que toda la feligresía católica, no lo celebran como los mestiz
Para las comunidades indígenas el verdadero festejo por Navidad es el 21 de diciembre, en que se celebra el Capac Raymi. Si bien ellos reconocen el nacimiento de Jesús el día 25, al igual que toda la feligresía católica, no lo celebran como los mestizos.
Sin embargo, en los últimos tiempos se están adaptando al festejo tradicional en cuanto a la comida navideña y a tener una reunión familiar en ese día, aunque generalmente es en casas comunales, pues en las viviendas no se siente ninguna celebración.
“Se entregan regalos pero no como en la celebración navideña, en esta época las familias indígenas se dedican a vender más aprovechando el crecimiento del comercio por la fecha, no están concentrados en la Navidad, sí lo están en vender sus productos, tratan de vender de la mejor manera para poner una base a la economía de todo el año”, dijo Rocío Gualán, dirigente indígena.
Según Gualán, relacionan esta fecha del nacimiento de Jesús, a la vida que inicia un nuevo ciclo, también se produce el cambio de mando de los líderes, “antiguamente nuestros ancestros celebraban a los priostes y el cambio de mando, pues ya termina su administración”, agregó.
El Capac Raymi es una de las cuatro fiestas del calendario andino, marca la época del año vinculada con la Pachamama, la que se inicia desde el 21 de diciembre en que se da el solsticio de invierno, es la fiesta del florecimiento, es cuando nacen los retoños de las plantas.
En los campos del altiplano andino, para esta fecha se empieza a observar el verdor, símbolo de que comienzan a fructificar los sembríos, también se produce el corte de las malas hierbas para cuidar las plantas.
Para los indígenas, la naturaleza y todos sus elementos son el epicentro de cada una de sus celebraciones.
Germán Conejo llegó hace 24 años a la ciudad capital, desde la parroquia Iluiman, comunidad Ángel Pamba, cerca de Otavalo, él y su familia se reúnen el 25 de diciembre en la casa comunal para dar regalos a los niños, sin embargo en las casas no hay ninguna celebración, todo transcurre con normalidad, como si fuera cualquier día. (F)