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Julio César junto a su familia se reúnen frecuentemente en su casa en el Guasmo para recordar y conversar sobre su madre que lleva más de 20 años fuera del país.CORTESÍA

Historias de una Navidad lejos de casa

La nostalgia no debería ser sinónimo de Navidad, sin embargo, es una realidad que se vive en Ecuador y el mundo. La migración obliga a un compartir incompleto. Te contamos algunas historias

Las reuniones para compartir y cenar no pueden faltar en diciembre, un mes donde las festividades son la mejor excusa para reencontrarse con los allegados. Sin embargo, esta no es la misma historia para quienes han tenido que migrar de su país de origen, ni para sus familias.

La migración ecuatoriana está distribuía en diversos países del mundo. Según estadísticas de la ONU, Ecuador tiene más de un millón de emigrantes, lo que representa un 6,85 % de la población de Ecuador. De estos, el 46 % se ha movilizado principalmente a Estados Unidos, seguido por España con 35 % de emigrantes ecuatorianos.

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Durante el proceso de movilidad la nostalgia es el sentimiento más común. La añoranza al hogar y a quienes no pueden estar juntos en las fechas que se consideran las más importantes para pasar en familia es un sentimiento que se comparte entre los que viven la pena de la migración.

EXPRESO contactó a algunos de estos migrantes, y con familiares de quienes han dejado el país para contar sus historias de Navidad a la distancia:

Elisa Espinoza pasará su segunda navidad lejos de Ecuador, ella migró en medio de la pandemia por la covid-19 en el 2020, se fue junto a su mamá y su hermana en el mes de junio y ahora viven juntas en Nueva York. Aunque va a estar acompañada por algunos de sus familiares que ya vivían en la gran manzana, Elisa y su hermana no dejan de extrañar a su papá, con quién siempre visitaban el zona rural del cantón Colimes.

En esta Navidad ella no puede dejar de recordar el cerdo horneado que comían siempre, y aunque ahora está embarazada formando su propia familia en Estados Unidos, no deja de pensar en lo que significa esta nueva navidad a la distancia. 

Ahora que estoy más grande, sé que sí o sí estas fechas son para reunir a toda la familia y para compartir.

Elisa Espinoza

La historia de Julio César Urresto es diferente. Él junto a sus hermanas y sus abuelos viven en el Guasmo, y hace 22 años que su mamá, Estrella, tuvo que irse a España huyendo de episodios de violencia de quien era su pareja. Ella es la única de su familia que migró. 

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Julio César cuenta que las reuniones en su vivienda son muy comunes, porque todos viven cerca. "La casa de mis abuelos es el punto de encuentro", comenta, y aunque le da tristeza tener que estar otra navidad lejos de su mamá, sabe que ella está buscando un futuro mejor tanto para él como para sus hermanas.

Johanna Venegas es otra migrante ecuatoriana en España, ella lleva 15 años viviendo en Madrid. Se fue estando embarazada de su tercer hijo, y se sentía desprotegida porque no habían condiciones de trabajo.

La navidad es una época donde nos obligamos a tener una cena, una reunión y volver a estar junto a la gente que amamos

Johanna Venegas

El contacto con personas de diferentes nacionalidades en los espacios privados y públicos transforman la cotidianidad cultural. Johanna cuenta que este proceso migratorio le ha traído mucho aprendizaje al aceptar otras culturas, pero aún así no deja de extrañar a su país todos los días.

Nicole Bravo también es una ecuatoriana que está lejos de su familia en esta navidad. Ella lleva desde el 2017 viviendo en Tampa, Florida. No se imaginaba quedarse a vivir ahí, fue a visitar a una amiga y se le presentó la oportunidad de trabajar. Al inicio tuvo que vivir en una casa pequeña junto a otras diez personas.

La migración no es una realidad desconocida para Nicole, su mamá reside en Italia, y sus abuelos en Ecuador, con quienes vivía. Comenta que es imposible no extrañar a su familia, que por la pandemia no ha podido ver a su mamá desde hace 4 años.

Continuamente, entre los migrantes, la idea del sacrificio instala una sensación de promesa que traerá días mejores.

Samantha López cuenta su propia historia extrañando a su hermano. Ella era apenas adolescente cuando él se fue a Nueva York hace aproximadamente 5 años. "El primer año fue el más difícil para mí y el resto de mi familia pues fue muy triste y raro no tener cerca a alguien al que veía todos los días".

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Para ella, pensamientos como: “¿Qué haría mi ñaño en esta situación?” son recurrentes. Comenta que valora mucho el sacrificio que significa migrar y llevar un estilo de vida distinto al que se tiene en Ecuador. Samantha dice que espera algún día ser igual de valiente que su hermano.

 Este sentimiento es compartido por Lissette Pinto. Desde el 99 su mamá vive en España, y desde hace un año aproximadamente sus hermano gemelo y su hermano menor viajaron para quedarse allá.

"La verdad es que si da un poco de soledad, ahora que ellos están fuera del país me siento un poco extraña acá" narra Lissette. Ella considera que tener familias distantes hace crecer con vacíos y tristezas.

Las tecnologías de información acercando a la distancia

Hasta hace solo un par de décadas, migrar significaba romper completamente con los lazos familiares de comunicación, pero el desarrollo de las tecnologías de la información y comunicación han permitido que la ‘lejanía’ no se sienta tan dolorosa.

Julio César lo explica perfectamente. Él cuenta que con su mamá, a inicios del 2000, se enviaban cartas cada 15 días, luego lograban comunicarse por teléfono convencional, después pasaron a las videollamadas por Skype, y ahora no falta el día en que se envíen mensajes por Whatsapp.

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Johanna se siente agradecida con la tecnología. "Nos permite estar todos los días en contacto con mensajes, audios, llamadas y fotografías" explica, y que la navidad es la excusa perfecta para volverse a reunir, así sea desde lo virtual.

La comunicación constante es una necesidad cuando está la distancia de por medio. Nicole en cambio cuenta que llama todos los días a su mamá en Italia y a sus abuelos en Ecuador, dice ella que aunque no hayan noticias ni nada nuevo que contar, no puede dejar de hacer esa rutina 'sagrada'.

Es bastante difícil mantenerte al tanto del cada día de tu familiar que vive lejos, sin embargo pienso que es importante ponerle empeño e interés a la comunicación, hacer un “chequeo general” de tu ser querido así sea una vez por semana.

Samantha López

Para Samantha la comunicación virtual es la pieza clave en las relaciones de familia a distancia. "Es importante el compartir todos juntos incluso con los que están lejos. Desde una videollamada nos permite reforzar nuestro vínculo familiar" afirma.

Las tradiciones que se exportan

Aunque los miles de kilómetros alejen a las ecuatorianas y ecuatorianos de su tierra natal, la cultura es algo que se llevan para siempre en su equipaje. 

Las tradiciones españolas en la temporada navideña son distintas que las de Ecuador. Johanna dice que hace una mezcla, aprovecha para comer roscón de reyes y pavo en la misma fecha. "Aquí se come mucho marisco en navidad, pero nosotros no dejamos nuestro tradicional pavo".

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El chocolate espeso, con canela, clavo de olor y pimienta de olor tampoco hace falta en su mesa. "Nunca nos olvidamos de la receta de chocolate de la abuela que lo hacía mi mamá y mi hermana" comentó. Incluso la entrega de regalos, que en España se realiza el día de reyes, la mantienen para noche buena.

Mientras tanto, Nicole no deja de colocar el pesebre y visitar la iglesia en estas festividades. En Estados Unidos se celebra con mayor emoción el día de acción de gracias, pero para ella la navidad sigue teniendo un significado de encontrarse con los seres queridos.

Sin importar los miles de kilómetros que alejan a las personas de su lugar de origen, las tradiciones, el cariño a la familia y la añoranza del hogar se conservan, como si la distancia y las limitaciones culturales no existieran.