Navidad, ninez
y pobreza

la Navidad, o castizamente, Natividad, desde hace 2016 años es la celebración del advenimiento de un niño de Belén que se hizo historia, mundo, creencia, fe, amor, comprensión, piedad, perdón y destino. Desde ahí es verbo humanizado para quienes creen que en ese infante se encarnó Dios, trayendo y dejando lecciones y tareas para la humanidad.

En el mundo occidental católico han cambiado algunos rituales y tradiciones, pero todavía mantiene su invariante, aunque asumiendo nuevas modalidades simbólicas originadas en los sistemas socioculturales, más que en los hechos y procesos de la economía.

La Navidad se hizo planetaria cuando la modernidad y el capitalismo se expandieron, llegando a ser vida y cotidianidad social. Esto dio lugar a una ritualidad que se repite en diciembre de cada año, en la cual la microcélula social, la familia, se convoca y reencuentra en lazos de afecto y de íntima espiritualidad.

Dios siempre ha exaltado la humildad, por eso se encarnó como un niño que nació en condición de pobreza. Desde hace 2016 años se rememora este nacimiento divino con el rito de la Navidad, atendiendo a los niños, y muy especialmente a los desprovistos de los recursos necesarios para celebrar esta festividad.

El mundo mercantil capitalista y el “marketing comercial” distorsionaron la esencia de la tradición cristiana. Cambiaron el concepto del regalo a los niños, particularmente a los que son pobres, creando el intercambio de regalos entre adultos. Incluso relegaron a los pequeños a segundo plano y sobre todo a los más desposeídos, que no son convocados ni tienen obsequios para rememorar este hecho religioso.

Los niños pobres, más que nada aquellos que laboran prematuramente, han sabido recrear, con espíritu de resiliencia, su condición. Trabajando “crean su riqueza”. Son capaces de generar un ingreso monetario ínfimo para autoregalarse algo. Ojalá se repare socialmente en este hecho para que regalos y obsequios se destinen a ellos.

Sería bueno que un día como hoy muchos niños pobres reciban regalos de aquellos que pueden darlos.

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