Desesperación. Un joven busca víveres en medio de una estructura colapsada por las réplicas.

La Navidad sera en el albergue

La Navidad será diferente. No habrá festejos ni comida especial. Decenas de familias afectadas por el temblor de 5,8 grados de intensidad que golpeó a Esmeraldas (en especial a las poblaciones de Tonsupa y Atacames) pasarán las fiestas en el albergue q

La Navidad será diferente. No habrá festejos ni comida especial. Decenas de familias afectadas por el temblor de 5,8 grados de intensidad que golpeó a Esmeraldas (en especial a las poblaciones de Tonsupa y Atacames) pasarán las fiestas en el albergue que instaló el Gobierno.

“Para los pobres no hay Navidades”, comentó entre lágrimas Rosa Bustos, de 56 años. Ella es madre soltera y junto con sus hijos (dos mujeres y cuatro varones) tenía previsto celebrar la Navidad en su casa, ubicada en el barrio El Progreso, en la parroquia Tonsupa. Tras el sismo, el inmueble quedó completamente afectado.

Ayer conversó con EXPRESO en una carpa de la Acnur con capacidad para 10 personas. Allí prevé quedarse varios días.

La tristeza de Rosa, sin embargo, no es solo por la pérdida de su vivienda, sino porque sus hijos no tendrán trabajo. Ellos esperaban el feriado y la llegada de turistas para laborar en algún hotel. “Ahora no tenemos nada. Solo debemos tener fortaleza para seguir”, dijo.

Según las cifras del Gobierno hay 700 familias que han pedido que se evalúe el estado de sus viviendas. El objetivo de las autoridades es completar la revisión de entre el 40 y 50 % de los inmuebles hasta hoy. Las familias que no corran riesgos podrán volver a sus hogares.

Sirlinde Robles espera estar en ese grupo. Ella también está albergada con sus dos hijos adolescentes y su esposo. Él tiene una tricimoto pero, por ahora, no puede trabajar porque no hay turistas.

Las decenas de carpas azules y blancas del albergue están bajo la vigilancia de los militares. Decenas de niños permanecen allí junto a sus padres. Corren, juegan y comparten las actividades lúdicas que el personal de la Secretaría de Riesgos implementa en el albergue.

En medio de la bulla y los gritos de los niños, Rosa Gracia intenta cubrirse del intenso sol del mediodía. Ella es discapacitada, tiene diabetes y sufre de hipertensión. Sentada en la carpa, reza. También se lamenta porque pasará las fiestas navideñas en el albergue. Pero no pierde el optimismo: da gracias a Dios porque no sufrió la pérdida de algún familiar y confía en que los sismos pasarán.

La secretaria de Riesgos, Susana Dueñas, contó a EXPRESO que cerca del 95 % de las personas albergadas por el temblor quieren regresar a sus hogares. Sin embargo, eso no es tan fácil, ya que la autorización depende de la evaluación que están haciendo los técnicos de la Secretaría, de la Universidad de Manabí y del Ministerio de Inclusión Económica y Social.

La casa de Rosa Baja también resultó afectada por el temblor de la madrugada del lunes. Ella, no obstante, propuso una solución urgente. Podría, dijo a este Diario, instalar una carpa junto a su vivienda para cuidar sus cosas y poder dejar el albergue.

Edificios ya fueron demolidos

No hay tiempo que perder. A dos días del temblor de 5,7 grados, el Gobierno y el Municipio de Atacames (Esmeraldas) iniciaron las demoliciones de los inmuebles colapsados o gravemente afectados.

Los primeros fueron los locales comerciales de Ciro Conde. Allí funcionaban una tienda, un restaurante y una mecánica. Todo se vino abajo. Conde firmó la autorización de demolición que le entregó el gobernador Gabriel Rivera. Ana Aragundi, trabajadora del lugar, contó que, a pesar de la desgracia, no hubo personas atrapadas o fallecidas. “El bus que está enterrado iba a ser reparado. El temblor hizo que las lozas caigan sobre el carro y eso evitó que el dueño de la mecánica termine aplastado”, relató.

En el bulevar de la playa de Tonsupa, la maquinaria del Municipio empezó la demolición de un edificio de cuatro pisos que colapsó. Ahí funcionaban un hotel, una farmacia y una tienda; ambas quedaron atrapadas bajo los escombros. Lo que quedaba de la edificación fue demolido. Sus propietarios sacaron colchones, camas y otros enseres.

Hubo diez réplicas en doce horas

Diez sismos se sintieron ayer en el transcurso de doce horas. El Instituto Geofísico de la Escuela Politécnica Nacional lleva la cuenta de los movimientos telúricos que se registran en Esmeraldas.

La provincia está en alerta desde la madrugada del lunes, cuando un temblor de 5,7 grados en la escala de Richter se produjo en el mar, a una distancia de 8,09 kilómetros de la costa de Atacames.

Ayer la primera de esas réplicas despertó a la población a las 04:25. El sismo tuvo una intensidad de 3,9 grados. Al mediodía se repitió un evento de una magnitud un poco mayor: 5,1 grados. Según el reporte del Geofísico, todos los sismos se han producido en el mar.

El lunes el organismo explicó que estos eventos corresponden a una falla en la corteza superior que podría haberse activado tras el terremoto de 7,8 grados, del 16 de abril. El Instituto Geofísico dijo además que en la zona se podrían esperar más réplicas con magnitudes menores.

Además de Esmeraldas, los sismos se sintieron, al menos, en ocho provincias.