Noboa reconfiguró la alianza
El proyecto de impunidad del correísmo sigue intacto, nomás cambia de escenario. Henry Kronfle no pierde esperanzas de presidir la Asamblea.
Cambio de estrategia en la negociación prelegislativa: luego de que el cruce de tuits entre Rafael Correa y el socialcristiano Henry Kronfle pusiera al descubierto la naturaleza de su alianza; luego de que el presidente electo, Daniel Noboa, se viera obligado a salir en defensa de la fiscal, cuya censura y destitución pedía el expresidente prófugo a cambio de su apoyo; luego de que muchos analistas dieran la alianza por fracasada y las ambiciones de Kronfle por frustradas (una vez más), todavía tienen los implicados en esta historia la oportunidad de rehacer las cosas. Pero será en la cancha marcada por Noboa, no en la de Correa.
Verdad es que el presidente electo privó al expresidente prófugo de una de sus más ansiadas satisfacciones: el juicio político a la fiscal general Diana Salazar. Eso no ocurrirá: el Ejecutivo la protege. Pero ¿significa que se cayó la alianza? El mismo Noboa en el mismo discurso (no por casualidad pronunciado en Washington, donde la fiscal tiene respaldo y prestigio) dejó caer varias señales de que no será así. En primer lugar, con respecto al correísmo, dijo que no cogobernará con ellos pero fue muy específico al señalar que no les dará ningún espacio “en el poder Ejecutivo”. Sin embargo, sí cuenta con sus votos en la Asamblea para apoyar proyectos específicos de leyes económicas urgentes. ¿A cambio de qué, ya que no de la cabeza de la fiscal? No se puede descartar que entre en funcionamiento un acuerdo del mismo tipo del que hizo Guillermo Lasso con los correístas, según el cual el gobierno lo único que tiene que hacer es desentenderse de ciertas cosas, mirar para otro lado. Así ocurrió, por ejemplo, con el irregular habeas corpus que benefició a Jorge Glas. O con la sorpresiva fuga de María Duarte de la embajada argentina.
Amor es... Pactar con los correístas
Leer másAsí, los proyectos de impunidad que abrigan los correístas para sus prófugos y sus presos quedan intactos, nomás cambian de escenario: del legislativo al judicial, donde ya los engranajes se han puesto en marcha gracias a la dedicación del presidente del Consejo de la Judicatura Wilman Terán y su consejero de confianza Xavier Muñoz, insólita mayoría de dos procesados (uno por obstrucción a la justicia, otro por lavado de activos) a la cabeza de la administración de la justicia. Terán y Muñoz ya han nombrado seis nuevos jueces penales de su confianza en la Corte Nacional, gracias a los cuales un recurso de revisión de las sentencias que pesan sobre Rafael o Correa o Jorge Glas puede tener buena fortuna aun con la oposición de la Fiscalía.
Quien ha quedado fuera de cualquier acuerdo parlamentario en la agenda del gobierno es el bloque de Construye, la segunda fuerza política de la Asamblea y la única que considera toda negociación con el correísmo como una línea roja que no se debe traspasar. “La única línea roja -dijo Noboa en clara alusión a esta postura- es que no aceptamos líneas rojas”. En efecto, no ha habido ningún acercamiento entre el gobierno y el partido de María Paula Romo. La estrategia del gobierno en esta negociación ha sido la de desgranar partidos. No se sabe con qué clase de ofertas o tentaciones, la coordinadora de la bancada oficialista Valentina Centeno ha conversado no con bloques ni con jefes de bloque, sino con asambleístas sueltos de una y otra bancada. Los resultados de estos acercamientos resultan difíciles de prever, pero está claro que la bancada de Construye quedará disminuida.
“En principio tendremos una mayoría de entre 80 y 90 votos”, dijo también Noboa en Washington. Sin Construye, ese número sólo se puede lograr con ayuda correísta. Ni siquiera será necesario el apoyo orgánico de toda la bancada: bastarán unos pocos. ¿Y las aspiraciones de Henry Kronfle de ocupar la presidencia? Intactas. Más aún: más firmes que nunca. Después de todo, los 18 asambleístas socialcristianos son la clave de la estrategia gubernamental. Una estrategia que cuenta, además, con los bloques de Avanza, Pachakutik, disidentes de Gente Buena y de Construye, una quincena de independientes… Y que, si se le entiende bien a Daniel Noboa, tendrá que renovarse en cada votación. Todo muy caro.
La prueba de la impunidad
Correa ajusta a Kronfle con dos tuits
Leer másExcluida de todo acuerdo legislativo, la bancada de Construye tiene una sola alternativa: forzar la agenda mediante golpes de alto impacto político. Ayer este Diario supo que su asambleísta Jorge Peñafiel, por ejemplo, se dispone a plantear un juicio político contra el presidente del Consejo de Judicatura Wilman Terán, figura clave en el proyecto de impunidad del correísmo. ¿Quién se opone?