Local destrozado en Durán.

La noche anarquica que vivio Duran dejo un muerto

El lunes 7 de octubre, en medio del estado de excepción, tres gasolineras fueron saqueadas. Un joven de 15 años murió en el puente.

El anuncio de que el presidente Lenín Moreno estaba en Guayaquil, el bloqueo del puente de la Unidad Nacional y una quema de llanta a la altura ese conector fueron el detonante que abrió la puerta a la madrugada más aterradora que jamás hayan visto las pupilas de los moradores de Durán, y que dejó como resultado un fallecido.

Todo empezó a las 21:00 del pasado lunes 7 de octubre. En El Recreo, una de las parroquias más habitadas del cantón, se dijo que “ya venían los indígenas”, y como si de un enemigo se tratase, se tensó el ambiente.

Para esa hora, cientos de duraneños regresaban a sus hogares a pie desde Guayaquil, porque el puente permaneció bloqueado toda la madrugada, con volquetes municipales y de la Prefectura.

A la entrada del cantón comandado por los socialcristianos hoy se habían quemado algunas llantas, a propósito del rechazo a las medidas económicas impuestas en el decreto 883, que han convulsionado el país hasta bloquearlo en algunos puntos.

De esa noche hay imágenes casi apocalípticas de fuego ardiendo a la altura de las letras de colores que llevan el nombre del cantón Durán, que este 16 de octubre cumple años de cantonización, y que lleva dos días sin buses, a propósito del estado de excepción.

El gobernador Pedro Pablo Duart, la Autoridad de Tránsito de Guayaquil y el mismo Gobierno confirmaron que el bloqueo al paso fue para la seguridad. Pero Durán se les olvidó. Una vez acabada la turba y retirados los militares empezaron los saqueos.

Eran decenas de delincuentes sin ley ni orden, como si de una película de Batman se tratase, haciendo de las suyas, rompiendo vidrios de locales, asaltando a las personas. Las personas, que lloraban en redes sociales, pedían a la Policía ayuda.

“Cerraron los puentes por seguridad, pero se les olvidó dejar militares en Durán”. Habla Milton Álava, el guardia de seguridad que vio llegar a medio centenar de delincuentes al local comercial de una de una de las tres gasolineras saqueadas. “Venían con todo, palos, cuchillos, armas y mire los resultados”, señala el desastre.

Vidrios rotos, estanterías vacías, puertas totalmente dañadas... El escenario se repetía al frente, y más allá, en otra gasolinera completamente saqueada. Pero fue El Recreo donde más se sintió el remezón.

De la primera a la tercera etapa saquearon un supermercado, dos locales de electrodomésticos y hasta una tienda de abastos. De una carnicería que funciona en media calle de la segunda, agarraron un tronco, abrieron un local y se llevaron seis televisores y dos parlantes.

Diagonal a esa esquina, justo al lado de un mercado también saqueado, estaba Marina Andrade, horrorizada. Con escobas en mano para evitar que “esos bandoleros” se les metan a las casas.

Tres carros de Policía intentaban disipar a los ladrones. No pudieron. El populacho pudo con uno. Lo golpearon tanto que lo dejaron medio muerto. “Luego se paró tambaleante y huyó”, aseguran los vecinos.

“Parecía el fin del mundo”, relata Abigail Robles. El alcalde Dalton Narváez pidió calma el pasado 8 de octubre y confirmó el deceso de un joven manifestante. El parte al que tuvo acceso este Diario dice que tenía 15 años.

Dalton no dijo nada por la falta de transporte urbano. Eso queda pendiente.

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