Noche de Paz

Mientras el siglo XXI con su indefinición nos impele entre corrientes egoístas, egocéntricas, ultranacionalistas, excluyentes y ortodoxas, se escuchan voces desesperadas que claman por la paz. Acaso llamada necia, si se analiza el abrumador entorno, inaudible en el fragor de los enfrentamientos y anhelante de certezas en un mar de incertidumbre, pero no imposible de lograr si se la construye desde la inteligencia y la actitud del hombre.

Sin duda, nada más opuesto a las vías que hoy trafica el mundo, que la paz, pues ella requiere del dar, del darse, del ceder y conceder, del encontrarse, del plural, del reconocimiento del otro y en el otro, y por supuesto, no necesita nichos que se escondan y se achiquen sino más bien, vientos que la difuminen y la lancen al encuentro y alcance de todos. La paz en efecto aspira a ser universal.

Para ello, para lograrlo, resulta necesario trabajar en el ser humano desde siempre, desde que adquiere conciencia de sí mismo y de la comunidad en que vive: desde el aula, desde la cuna misma.

La paz, la vocación de paz, debe encontrarse en el estilo de vida que se perfila desde la cuna y la escuela. ¿Queremos naciones en paz? Formemos niños y jóvenes que crezcan en paz. Obviamente la prepotencia, los menosprecios, las actitudes racistas y maltratantes, las intolerancias, han de estar lejos de los criterios formativos. Enseñemos al pequeño a convivir y compartir, y a ser capaz de aceptar y perdonar.

Que esta noche, la noche de paz por excelencia, abra nuestra inteligencia y nuestras emociones, para que desde donde estemos sumemos un grano de arena por un mundo de seres humanos, seguramente diferentes, pero que aprecien y valoren la existencia propia y la de los demás y que también, si no fuese mucho pedir, ilumine a los líderes mundiales para que den razón de ser a la solidaridad, al afecto y al perdón.

La paz es una obra de ingeniería que reclama ser construida desde el yo, para confundirse en el nosotros y poder llegar a aceptarnos como cada quien es.

Que la familia de Belén obsequie en esta noche y en otras muchas, la paz.

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