La noche se viste de Navidad
El reloj marcaba las 18:29 y los transeúntes que a esa hora pasaban por La Rotonda se detuvieron a contar los segundos. “5, 4, 3, 2, 1... ¡Bravo!” El árbol de Navidad del malecón Simón Bolívar se encendió entre aplausos y vítores.
El reloj marcaba las 18:29 y los transeúntes que a esa hora pasaban por La Rotonda se detuvieron a contar los segundos. “5, 4, 3, 2, 1... ¡Bravo!” El árbol de Navidad del malecón Simón Bolívar se encendió entre aplausos y vítores.
“Es una bonita experiencia, especialmente para los niños... Nos recuerda lo emocionante que es esta fecha”, expresó Clara, quien acudió al lugar en compañía de sus 3 nietos.
Los árboles de Navidad se han convertido en una costumbre barrial, casi todos los sectores de Guayaquil tienen uno cerca para admirar y fotografiarse y eso es algo que no solo potencia al turismo sino que renueva los valores familiares, así lo explica Susana, una maestra que se detuvo a observar los arreglos instalados en la Plaza de la Gobernación.
Ahí, miles de luces ledes construyen una verdadera ciudad navideña. Pueden encontrarse figuras alusivas a la fecha como trineos, renos, campanas y un pesebre, así como también representaciones de los monumentos icónicos de la ciudad, tal es el caso de la Torre del Reloj, el Faro de Las Peñas y la estatua a Guayas y Quil.
La noche guayaquileña se viste de Navidad. No solo por los escenarios decorados en los centros comerciales, sino también en las avenidas y plazas que los porteños y visitantes recorren en estos días en grupos de amigos o familiares.
El ambiente de algarabía es generalizado y trasciende edades e intereses: en el malecón del Salado, donde la mayor parte de los transeúntes son estudiantes universitarios que acuden a clases, las fotografías son igual de comunes que en las áreas infantiles.
Es muy fácil toparse con parejas de enamorados y amigos, que se reúnen para inmortalizar el momento junto a los arreglos recientemente inaugurados por la vicealcaldesa Doménica Tabacchi.
En este lugar, la mayor atracción no la constituye el árbol ubicado en el centro del lago artificial, sino el pesebre de luz sobre el puente 5 de Junio, desde donde se aprecian en distintos ángulos: el espectáculo de agua, las estrellas de Navidad y el alumbrado a lo largo del bulevar 9 de Octubre.
“Es lo que siempre me ha gustado de Guayaquil, la gente se toma muy en serio esto de los arreglos y quiere que su barrio destaque”, expresó Ana, una estudiante que llegó hace un par de años a la ciudad, proveniente de Guaranda, “por donde yo vivía nos reuníamos a comer y todo, pero acá todos quieren salir; los del trabajo, los de la U. (Universidad), los vecinos”, comenta entre risas.
Y es que la sana competitividad que ha caracterizado al guayaquileño, y que se evidencia en los Clásicos del Astillero, se pone de manifiesto a la hora de elaborar los pesebres barriales. Todos intervienen para tener el mejor.
Las tan conocidas novenas ya se celebran en plazas, calles y hogares, uniendo a la gente y limando asperezas.
A tres días de que se celebre la tradicional Nochebuena, los guayaquileños parecen estar más que listos para recibir la Navidad, en un entorno de jovialidad y optimismo.
Selfie
Un lugar para el romance
Los arreglos de luces como el de la Plaza de la Gobernación, son muy visitados por parejas que buscan una buena ‘foto navideña’ para sus redes sociales.