Los números en la Asamblea Nacional favorecen a Wilman Terán

El correísmo se quedó solo contra el mundo en su defensa de Wilman Terán. Ni siquiera se le unió la bancada oficialista, que en la Comisión de Fiscalización ya había solapado la aprobación del informe que propuso archivar el juicio político contra el expresidente del Consejo de la Judicatura y la vocal Maribel Barreno. Ese informe llegó este lunes al Pleno y fue rechazado con 88 votos. Una cifra significativa pero insuficiente, pues no alcanza la de 92 que se necesita para censurar al exfuncionario, hoy preso por su vinculación a las tramas de corrupción judicial investigadas en los casos Metástasis e Independencia Judicial. 

En consecuencia, el juicio político va, pero lo más probable es que sea un fracaso. Mientras tanto, en la misma sesión, arrancó el juicio político contra un tercer vocal, el ya condenado por la justicia Xavier Muñoz, que se sometió a proceso abreviado y confesó su complicidad con los otros dos. Al cierre de esta edición, la maratónica lectura del informe continuaba.

Construye presentó las acusaciones contra Terán, Barreno y Muñoz

La sesión fue virtual, porque los lunes los legisladores se encuentran todavía en sus provincias, gozando de su ya tradicional fin de semana extendido que arranca el jueves por la tarde. La resolución sobre el asunto de Terán y Barreno se adoptó de forma casi expeditiva: media hora tardó el Pleno en someterla a votación. Pamela Aguirre, la presidenta de la mesa de Fiscalización, de cuyo despacho salió el informe que propone el archivo del juicio político, no se prestó para defenderlo: dijo que su papel no era el de ponente. Jorge Peñafiel, el asambleísta de Construye que presentó las acusaciones contra Terán, Barreno y Muñoz, acusó a la comisión de haber permitido que los interpelados se explayaran exponiendo asuntos que nada tenían que ver con el proceso. Obviamente, se refería a los supuestos chats pasados por Photoshop que Wilman Terán exhibió como pruebas contra la fiscal Diana Salazar y que provienen, según él, de un teléfono celular que tiene escondido en algún lado. Peñafiel presentó la única moción de la jornada: rechazar la primera recomendación del informe, que propone el archivo de los juicios contra Terán y Barreno.

El debate se limitó a dos intervenciones. Habló primero el correísta Roberto Cuero y despachó una abstrusa secuencia de frases hilvanadas a propósito de nada: “Es determinante -dijo- que un caso tan sensible, un caso manejado por la Comisión de Fiscalización, una comisión que representa el mandato claro de lo que significa ser un asambleísta, un asambleísta que…”. A la quinta frase subordinada estaba claro que no iba a ningún lado. Con excepción de lo obvio: defender a Terán y reproducir en video los más chispeantes fragmentos de sus chats de Photoshop extraídos de un teléfono escondido.

Cerró el socialcristiano Vicente Taiano, que pidió votar de inmediato la moción de Peñafiel. “No estamos en la etapa de sustanciación”, zanjó, para impedir que nuevas intervenciones como la de Roberto Cuero se levantaran desde la bancada correísta. En efecto, lo que correspondía no era debatir sobre la inocencia de Terán, mucho menos reproducir sus alegatos contra la fiscal, sino decidir si el juicio político procedía o no. Que su partido había apoyado la propuesta de Peñafiel desde el primer momento, dijo Taiano, y que él había sido uno de los primeros en firmarla: “Se ha mentido sobre este tema”, añadió, en clara alusión al presidente de la República, quien horas antes, en una entrevista radial, había acusado a correístas y socialcristianos de estar listos para salvar a Terán.

¿El favorito de Noboa es Mario Godoy?

Quien parece estar dispuesto a salvar, más que a Terán a Maribel Barreno, es el propio Daniel Noboa, cuyo candidato favorito en la terna para presidir el Consejo de la Judicatura es Mario Godoy, perteneciente al sólido grupo de abogados relacionados con ella. Barreno, amiga de Noboa, aún puede regresar a la Judicatura, de la que solo está suspendida temporalmente mientras duran sus líos judiciales. La buena noticia, para la bancada de gobierno, es que no necesita ensuciarse las manos (es decir, votar en contra de la censura) para salvarla. Bastará con mantener las cosas como están: en los 88 votos. Un número alto pero que no sirve para nada.