No obstaculizar la Aerovia
Es indudable que Guayaquil se transforma como urbe moderna. Esto mejora la propia comprensión y autoestima que tienen de ella sus integrantes. Por eso dicen que “es posiblemente la ciudad más hermosa, la que ha tenido los mayores y mejores cambios de entre todas las urbes del Ecuador”.
Así son las frases cotidianas del guayaquileño. Indican que lo que hace el Municipio en su modelo de desarrollo, cuenta con el reconocimiento de sus habitantes. Sin embargo, la ciudad también ha tenido a lo largo de su historia “malquerientes”. Estos son aquellas personas que no logran percibir o no quieren aceptar que lo que se da en llamar regeneración urbana no es otra cosa que un proyecto y proceso que ha reposicionado a Guayaquil como una urbe moderna, de progreso, y que tiene una mirada estratégica al turismo local, regional, interregional, nacional e internacional.
Múltiples son las obras y logros que se han cristalizado como parte de este proceso de progreso y desarrollo. Por eso resulta de lo más incompresible que frente a una propuesta de implementar una aerovía que conecte Guayaquil con Durán, acelerando la transportación de miles de usuarios, dichos malquerientes de la urbe hayan salido a oponerse a la realización de tan importante obra.
Para nadie es desconocido que el local de la piscina municipal era un espacio olvidado. Incluso en vías de destrucción, sobre la cual jamás ninguna organización o institución hizo alguna propuesta, o la consideró como parte del patrimonio urbano de la ciudad. No obstante, hoy enarbolan seudoargumentos de “patrimonio cultural urbano”, cuando se constata en los hechos que no han realizado gestión alguna para “revivir” esa piscina.
El Municipio de Guayaquil consiguió que la Agencia Francesa de Desarrollo (AFD), otorgue un crédito del 85 %, a tasa inferior al 5 %, con 5 años de gracia. El resto lo pone la compañía Poma, que será la que administre la Aerovía.
La decisión del Municipio de establecer en ese sitio una estación de la Aerovía es correcta, adecuada y válida, pues cerca de ese lugar llegaban a los muelles las motonaves que iban de Guayaquil a Durán y viceversa. Esa zona es parte del histórico vínculo intercantonal.
Es necesario tomar claras pociones respecto a quienes se oponen, más por interés ideológico-político que por una real preocupación e interés por Guayaquil.