Octubre: riesgo real o discurso inflado
Dos analistas no ven ambiente para una gran protesta. El Gobierno actúa, pero con cautela
Amenaza real o discurso exacerbado. A medida que se acerca octubre surgen las inquietudes sobre si se pueden replicar en el país las violentas protestas de 2019. Los principales artífices de la manifestación se han dedicado a sembrar, en los últimos días, la idea de que es posible.
El primer paso ha sido buscar ‘calentar las calles’. En menos de cuatro meses del Gobierno de Guillermo Lasso, el Frente Unitario de Trabajadores (FUT) ha organizado dos movilizaciones de rechazo a la gestión que recién comienza.
En las dos ocasiones, han encontrado el apoyo de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie). En la del miércoles pasado, su presidente, Leonidas Iza, dijo “no toleramos más, no nos asfixien más. Nuevo octubre vuelve”, tras recordarle al Gobierno que la razón de esa protesta tuvo origen en el incremento en el precio de los combustibles, medida que Lasso ha anunciado no será revisada.
Trabajadores rechazaron la ley laboral que prepara el gobierno
Leer másMario Cuvi, decano de la Facultad de Derecho y Gobernabilidad, considera que ese primer objetivo, el de ‘calentar las calles’, no se ha cumplido en la medida que habrían esperado los organizadores de las marchas.
“Van dos intentos de convocatorias a protestas que no han recibido eco por parte de la gran mayoría de la ciudadanía. Hay una crisis evidente, pero es una muestra importante de madurez porque la población entiende que saliendo a paralizar las actividades de los demás no se cambia la realidad diaria. Lo que se necesita es más puestos de trabajo y más inversión”, señaló el académico.
Desde el Gobierno no se habla directamente de octubre, pero están tomando medidas para que las fechas en las que se conmemoraría los dos años de las protestas, las partes se encuentren sentadas en una mesa de diálogo. El jueves empezaron con el FUT.
La ministra de Gobierno, Alexandra Vela dijo ayer que sí habrá diálogo con los dirigentes de la Conaie y para eso se han establecido canales de encuentro con representantes de Pachakutik, dirigentes de las comunidades y los integrantes de la Comisión de Alto Nivel que la organización envió el 20 de agosto pasado a Carondelet.
Da la impresión de que como hay un ambiente de tolerancia quieren hacer cargamontón
“Espero que en los próximos 15 días se establezca ese proceso de diálogo con ellos. En ese momento vamos a tratar las diferentes propuestas que han hecho. Obviamente, hay algunas que no pueden ser llevadas adelante, pero debemos sentarnos en la mesa para que todos estemos al tanto de la situación que vive el país”, dijo Vela.
El mayor (sp) de la Policía Manuel Silva, exjefe de lo que fue la Unidad de Investigaciones Especiales (UIES), tampoco ve que haya un escenario para que la protesta crezca en el corto plazo. En parte, dice, porque Lasso mantiene una aceptación alta entre la población. “No veo en este momento a los ciudadanos apoyando medidas de este tipo, porque la gente quiere diálogo para reconstruir el país”, considera el oficial retirado.
Por su parte, la investigadora y académica Saudia Levoyer señaló que no se puede descartar ningún escenario porque hay una crisis económica dura y se han tomado medidas como la eliminación del subsidio a los combustibles, que es un motivo de lucha para esas organizaciones.
El diálogo, cruzado por las heridas
Leer másPor otro lado, dijo que además de los indígenas y los trabajadores no hay que olvidar que hay gente que dejó el poder luego de 14 años y tienen interés por recuperarlo, por lo que cualquier ventaja que encuentren será utilizada a su favor. “Los que toman las decisiones políticas no pueden bajar la guardia en este tema”, concluyó Levoyer.
El primer paso lo dio el FUT
El primer paso está dado. Gobierno y trabajadores empezaron a definir la metodología que aplicarán en las mesas de diálogo que se instalarán en las siguientes semanas.
Tras el encuentro del jueves, los dirigentes del FUT dijeron que los temas centrales son la situación de la Seguridad Social, el rechazo a la existencia de dos códigos laborales y, por supuesto, el incremento gradual y mensual del precios de los combustibles.