Odebrecht, coimas y mala ingenieria
La terminal del poliducto Pascuales-Cuenca tiene grietas y materiales inadecuados. Petroecuador repara las fallas.
No solo fue corrupto, sino “mal constructor”. Esa es la opinión colectiva de las actuales autoridades de Petroecuador cuando se habla de su excontratista, Odebrecht. La inconformidad en las obras que dejaron crece a diario por los descubrimientos que surgen. En la terminal del Poliducto Pascuales-Cuenca, por ejemplo, hay fallas evidentes que complican la actividad cotidiana en el centro de abastecimiento de combustibles.
EXPRESO recorrió la terminal y constató que todas las vías de acceso a las unidades de la obra tienen grietas. Algunas son pequeñas y otras son tan notorias que amenazan a los autos y transeúntes. La empresa pública Petroecuador debe reparar esas imperfecciones para evitar que se acumule y se pare el despacho de gasolinas y gas doméstico. Hasta ahora, pese a los constantes inconvenientes, no se ha interrumpido la entrega desde el nuevo terminal que opera desde marzo de 2017, cuando la empresa brasileña entregó la obra.
No es solo el problema de acceso por las vías con baches y perforaciones, Odebrecht entregó la construcción con materiales que no se ajustaban a las necesidades de Ecuador. Las estaciones para el combate de incendios, por ejemplo, tenían válvulas que no soportaban la presión del agua. Ese error ponía en riesgo la vida de los 35 trabajadores de la terminal en caso de una emergencia.
Fue un trabajo irresponsable, asegura el gerente general de Petroecuador, Carlos Tejada. Él, como publicó ayer este Diario, insiste en que las obras de hidrocarburos del gobierno anterior no tuvieron un manejo adecuado de ingeniería.
En la terminal situada a 20 minutos de Cuenca hay falencias que hasta rayan en lo absurdo. En una de las vías de acceso, que debía tener unos seis metros, hubo un pequeño deslave. Odebrecht, en lugar de reparar la vía, acortó su tamaño haciendo imposible el paso de camiones a las reservas de combustibles. Ahora ese tramo es peatonal aunque el contrato exigía que sea para transporte de grandes automotores.
Sandra Idrobo, jefa y responsable de la terminal, lamenta que la obra tenga tantas inconsistencias cuando apenas en septiembre, Odebrecht terminó la fase de acompañamiento. Es decir, en menos de seis meses saltaron más problemas que en los 32 años que tiene la antigua terminal ubicada unos metros más abajo de la “flamante” megaobra.
Idrobo cuenta, y este Diario lo verificó, que personal de Petroecuador tapa los baches y repara las grietas de los muros de contención cada día. Los recursos para esas reparaciones salen del presupuesto de la empresa estatal y se prepara un informe para conocer el valor total y descontarlo de las garantías que tiene la empresa brasileña sumergida en casos de corrupción en toda la región.
Además, la semana pasada se recibieron propuestas para la contratación de un estudio que determine las causas de fondo de las fallas y recomiende un plan de arreglo definitivo. En los próximos días se hará público el nombre de la consultora con la mejor propuesta y se iniciará un análisis de 90 días.
EXPRESO consultó por la vía oficial a Odebrecht para conocer su versión. Hasta el cierre de esta edición, sin embargo, no hubo una respuesta.
El poliducto Pascuales-Cuenca es una de las obras con más observaciones por irregularidades en la concesión. Pablo Celi, contralor general subrogante, señaló que hay glosas por más de 126 millones de dólares.
El 12 de octubre de 2017, Petroecuador dio por terminado el contrato de manera unilateral. La obra superó los 623 millones de dólares.
El poliducto
Combustibles
En la nueva terminal se almacena gasolina Súper, Diésel Premium, combustible premezcla (para producir Ecopaís) y gas de uso doméstico.
Beneficio
Antes de la terminal, operativa desde el año pasado, el combustible se distribuía en camiones y tanqueros. La obra ahorra tiempo y recursos.
Ejército
El Cuerpo de Ingenieros del Ejército acompaña a Petroecuador en la revisión de las fallas del Poliducto Pascuales-Cuenca.
Problemas
El terreno donde fue construida la terminal puede ser el motivo de las fallas. Era una montaña con zonas inestables para una obra.
Nueva obra
Desde 1986, hay una terminal también en Cuenca. Sus capacidades son limitadas y la mayoría de operaciones son manuales.
Presupuesto
Petroecuador todavía no tiene un total del gasto ejecutado por las reparaciones en la terminal. Todos los días se añaden costos.
Alcance
Obra para 2,6 millones de personas
Según la planificación de la empresa pública Petroecuador, la obra beneficia a 2,6 millones de personas en las provincias del sur del país. Desde la terminal de Cuenca se distribuye combustibles líquidos (Diésel, Súper y Ecopaís) y gas licuado de petróleo (gas de uso doméstico).
El Ministerio de Hidrocarburos, en su informe de la obra, dijo que se pagó 43 millones de dólares por terrenos expropiados para la construcción de todo el poliducto desde Guayas hasta Azuay.
Los cantones con expropiaciones fueron Guayaquil, Daule, Samborondón, Yaguachi, El Triunfo, Naranjal, La Troncal, Cañar, Suscal, El Tambo, Biblián, Déleg, Azogues y Cuenca.
Además, esos sectores recibieron -dice el informe de Hidrocarburos- proyectos de agua potable, riego, alcantarillado, programas productivos y vialidad. Se gastaron 22 millones.